domingo, 22 de junio de 2014

MOTIVOS. EXCUSAS. OPINIONES. VERDADES






Las personas tenemos la mala costumbre de creer al primero que entra o a último que sale de nuestras vidas. ¡Es una tara que llevamos todos con nosotros! Mas yo abogo más por escuchar todas las versiones y en que cada cual, llegue a las conclusiones que desee con la información que tenga (cuanto más mejor).

La abdicación de su majestad Don Juan Carlos I ha llevado consigo millones de motivos susurrados, millones en excusas pensadas, millones de opiniones recabadas por expertos o no tanto, y verdades, nos guste o no, que sólo él sabrá.

Uno de los principales motivos que se han considerado tras su renuncia al trono en pos de su hijo, fue el caso que manchó de lleno la Casa Real, tras el estallido del Caso Nóos en el que fueron implicados directamente tanto el yerno del rey, Iñaki Urdangarín, como su propia hija, la infanta Cristina. Incluso dijeron que hasta su propia alteza estaba implicada en este caso cosa que aún está pendiente de resolver. Junto a este mismo asunto, la infanta y su familia, fueron apartados de España e incluso se llegó a decir que para ayudar a su hija, hasta el propio rey había llegado a un pacto secreto para evitar que ella entrara en la cárcel.

En la actualidad, lo último que conocemos según las noticias, es que un nuevo escrito de Urdangarin retrasa el cierre del 'caso Nóos' (el duque pide que Hacienda aclare si ha tenido en cuenta sus alegaciones en las que culpaba de las irregularidades fiscales a las empresas), según lo publicado en El diario Vasco.com en pasado 18 de junio.

Otro de los motivos dijeron que era la salud del monarca (tras su ya conocidas intervenciones, el rey presentaba un aspecto casado, inflado y sus estabilidad, cada vez era más inestable).

Entre el abanico de excusas se ha llegado a decir desde que fue obligado por una de las sociedades secretas conocidas (algunas son las informaciones que señalan que la decisión de abdicar de Juan Carlos I como rey de España se tomó en la última reunión del club Bilderberg, un grupo de influyentes personajes que supuestamente deciden qué cosas han de ocurrir en el planeta a nivel financiero, laboral y gubernamental) como que había sido requisito con quien había adoptado el pacto para que su hija no fuera implicada, el dejar la corona en manos de su hijo, como que era el momento adecuado y más preciso para el país (después de lo Bostwana, cualquier momento hubiera sido el ideal para dejar el cargo. Tras la implicación de Urdangarín y posteriormente de Cristina en un caso de malversación de fondos públicos pese a su elevado nivel de vida, muchos fueron los que pensaron y desearon que el rey traspasara sus poderes para el bien de la sociedad y de España en general).

De opiniones es muy difícil de enumerarlas todas pues hay tantas como personas hay en este mundo. La opción de la tercera de republica, era una de las más deseadas por un amplio sector de la población que veían una oportunidad perfecta ya que la Corona Española había dejando bien claro que no parecía entender, por activa y por pasiva, las necesidades verdaderas de su pueblo (un pueblo que pasa hambre pues hay más de cinco millones de personas sufren exclusión social extrema en España).

Dentro de las verdades nunca las sabremos sino es de boca de los propios protagonistas de esta historia que son más de los que creemos.

Lo que está claro que a fecha de hoy España ha sufrido un cambio. Aún es demasiado pronto para discernir si será positivo o negativo pero que ha sido impuesto, eso no me lo discute nadie.

Si se buscaba un nuevo futuro para la nación, se debería haber escuchado que deseaba la población, la gente verdaderamente afectada por todo lo que está sucediendo a todos los niveles en este país. Sin embargo, una sucesión es algo impositivo que no beneficia al entendimiento, sino al sometimiento, una vez más, de la población en pos de una corona.

En definitiva, que ni los motivos, ni las excusas, ni las opiniones, ni las verdades ocultas, nos han librado una vez más, de tener que “callar” y de “agachar la cabeza”.

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