* Un hijo de Gallardón tiene un golpe, huye
del lugar y se refugia en su casa. (En vez de rellenar el parte del seguro, el
primogénito del ministro se refugió en casa de su padre tras el incidente el
viernes). Enlace web: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/06/16/madrid/1402904337_769203.html
- (16/06/2014).
* Esperanza Aguirre apenas estuvo cinco
minutos con los agentes antes de huir. (El sumario contradice la versión de la
presidenta del PP que aseguró que fue retenida entre 15 ó 20 minutos). Enlace
web:
http://politica.elpais.com/politica/2014/05/15/actualidad/1400133264_266078.html
- (15/05/2014).
* López dimitirá como juez del TC tras ser
'pillado' ebrio y sin casco en su moto. ("Reconozco los hechos y asumo las
consecuencias", dice el magistrado del Tribunal Constitucional, quien ha
indicado que "hay circunstancias personales que podrían justificarlos pero
que no vienen al caso"). Enlace web:
http://www.diariovasco.com/politica/201406/01/juez-enrique-lopez-interceptado-20140601144650-rc.html
- (01/06/2014).
Es frecuente la huida del lugar de un accidente. Lo vemos
continuamente, por desgracia, en muchas películas. Pero la realidad, sigue
siendo peor que la ficción. En las películas, si hay muertos, son actores que
al final de la misma, salen por su pie de los platos. En la vida, si alguien se
fuga, no sólo esta haciendo OMISIÓN DE SOCORRO sino incluso, puede ser culpable
de homicidio involuntario al no prestar ayuda al coche siniestrado, siendo, sin
lugar a dudas, culpable del mismo siniestro.
Las explicaciones por huir pueden ser infinitas por parte
de los conductores “pillados” tras esa falta de socorro (haya habido victimas o
no). El miedo a enfrentarse a lo sucedido, el temor de reconocer la
responsabilidad, el recelo por poseer sustancias ilegales dentro del vehículo
(alcohol, barbitúricos, anfetaminas,…), el pánico a ser descubierto en estado
de embriaguez o colocado, entre otras, suelen ser las más frecuentes cuando uno
huye tras un accidente. ¡No sabemos reconocer nuestros errores!
Sin embargo, dentro de las personas que se creen
“privilegiadas” podemos contar estas huidas ya como una mala costumbre. Hacer
un delito y no ser capaz de enfrentarse a los hechos es una cosa. Pensar en
salir absuelto por ocupar un cargo político de un delito o por ser hijo de un
ministro es una afrenta directa contra todos los ciudadanos que cumplen las
normas a rajatabla.
Hace un mes Esperanza. Ahora Alberto, que pese a ser
culpable y huir de escenario, incluso tiene la chulería, de escribir al
periódico para decir que los datos son falsos cuestionando así al los ocupantes
del otro vehículo siniestrado que se quedaron estupefactos al ver como, tras
bajarse del vehículo y ver los daños ocasionados, se volvió a montar en su
coche y se largó.
Las multas por cruzar un paso de cebra cuando el semáforo
aún está en rojo para los peatones, se multa con sesenta euros. No poner el
intermitente es de doscientos euros. La multa por omisión de socorro en un
accidente es de ciento cincuenta euros. Viendo lo visto… ¿Tiene algún sentido
las multas de tráfico? ¡PUES NO! Los que se las pasan por el forro, si tienen
padrinos, ni pagarán la sanción alegando, vete tú a saber si enajenación mental
transitoria, que suele estar muy de moda. O puede decir, como se hizo hace poco
en otro caso, que están “muy malitos” y que por eso, pese a la demostrada
implicación en una muerte por exceso de la tasa de alcohol en sangre, no
deberían entrar en prisión. ¡VASTA YA SEÑORES! ¡¡¡VASTA YA!!! Si no se cumple
el reglamento, seas civil, policía, militar, ministro, alcalde, o rey del
estado mayor, debes pagar tu deuda con la sociedad y ser ajusticiado según la
ley vigente. ¡¡¡NO PUEDE HABER DOS TIPOS DE LEYES!!! Una para ricos y otras
para pobres.
Hacer un acto tan vil y despreciable como fugarse del
escenario de un accidente es típico de personas que no poseen decoro, ni
educación, ni civismo, ni siquiera, buenos modales. Cometer un accidente y huir
de los hechos e intentar luego, asegurar que aquello no sucedió jamás ya es de
una bajeza moral que ni existe palabra en el diccionario para calificar esta
acción. A falta de regulación del Diccionario de la Real Academia Española,
desde hoy hasta la fecha, este acto será conocido como ARGU.
MORALEJA: Santiago Rusiñol i Prats, (1861-1931) pintor y escritor español,
dijo: “Engañar
a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en
mil. Por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero”.
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