* El primer y más largo besamanos de los
nuevos Reyes. (La ceremonia de más de dos horas ha sido interrumpida unos
minutos para dar descanso. Miles de personas aclaman a Don Felipe y Doña
Letizia desde la Plaza de Oriente. Durante cuatro minutos la Familia Real
saluda a los ciudadanos e intercambia besos. Políticos, artistas, deportistas y
otros representantes de la sociedad civil, en la recepción. Los Reyes tendrán
el sábado una reunión con las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Recepción a 2.000 representantes de la sociedad civil). Enlace web:
http://www.elmundo.es/espana/2014/06/19/53a2c0c8268e3e361e8b457c.html.
¿Qué es un besamanos? Según nuestros amigos de Wiki, se
llama besamanos a un modo de saludar a las mujeres casadas que consiste en
tomar su mano derecha y acercarla a la boca en ademán de besarla. Se trata de
un acto galante en el que el hombre debe inclinarse ligeramente sobre la mano
de la dama a la vez que la levanta de manera firme pero delicada.
En sentido parecido, se llama besamanos al acto en que
concurren a besar la mano del rey y de las personas de su familia los
funcionarios y las personas de corte. Antiguamente, también se daba este nombre
a la recepción oficial que hacían las autoridades de provincia en determinados
días llamados de corte.
Yo pensaba que nunca eran demasiados los besos que uno
podía recibir (soy una besucona. ¡Me encanta besar!). Pero al leer dos mil
besos en dos horas sale a mil besos a la hora, dieciséis coma sesenta y seis
periódico besos por minuto, es decir, un beso cada dos segundos
aproximadamente.
Y claro, como no, estaban representadas en esas personas
TODA la población española como periodistas, humoristas, cantantes,
empresarios, políticos, alcaldes,… ¡Un momento! Estoy repasando la lista y
parados no había ninguno. Tampoco había nadie de la empresa Panrico de Santa
Perpetua, ni de Cocacola que están a punto de irse a la calle, ni nadie que
tuviera como única invitación, el papel del paro (ya sin paro obviamente).
Tampoco había ninguna madre de familia con hijos de las que fueron desalojadas
en cualquiera de las viviendas que han sido expropiadas por los bancos, ni los
miles de padres que están pidiendo en la puerta de caritas para poder algo que
comer a sus hijos. ¿No son ellos también españoles majestades? ¿No merecen la
oportunidad de ser recibidos en palacio? ¿O cuando el Rey Juan Carlos hablaba
de cambio, de lo mejor para España con el nombramiento de su hijo, se refería
sólo a esas dos mil personas? Mal empezamos si los más necesitados son los más
olvidados, a los que se ha ofrecido unos míseros cuatro minutos de saludos y
poco más. Con motivo de la proclamación del nuevo rey y pasando así la princesa
Leonor a Princesa de Asturias, como mínimo, cada español debería haber recibido
un presente, como haber dispuesto tener una comida decente aunque sólo fuera
por un día (una comida decente, para nosotros, puede ser cualquiera de los
menús que los hay de los más variopintos y por precios que su real majestad, no
debería de gastarse verdaderamente grandes millonadas. Un menú de ocho euros,
con una carta que se hubiera remitido a cada español con nombre y apellidos
demostrando así que si nos tienen en cuenta, que si les importamos, que
verdaderamente VA A LUCHAR por una mejor España para nosotros. ¡No ha sido
así!). Por el contrario, el rey saliente y el rey entrante, poco piensan en los
que están en lo más abajo de la pirámide social, los que no tienen nada, los
que no han perdido todo. ¡¡¡ESOS NO ESTABAN REFLEJADOS EN EL BESAMANOS!!!
Durante esta semana santa de 2014, veintiún presos fueron
indultados en toda España. Hasta el caudillo hizo un decreto de 9 de octubre de
1945 por el que se concede indulto total a los condenados por delito de
rebelión militar y otros cometidos hasta el 1º de abril de 1939.
(Palabras textuales del decreto: Al iniciarse el décimo año
de la exaltación del Caudillo a la Jefatura del Estado, excarcelados ya en
virtud de las disposiciones de libertad condicional y redención de penas por el
trabajo el noventa por ciento de los que fueron condenados por su actuación en
la Revolución comunista, y encontrándose en el extranjero fugitivos muchos
españoles incursos tal vez en menores responsabilidades que los presos ya
liberados, el Gobierno, consciente de sus fuerzas y del apoyo de la Nación, se
dispone a dar otro paso en el camino de la normalización progresiva de la vida
española).
Yo he buscado por activa y por pasiva en toda la red si
durante la abdicación de Don Juan Carlos I o el nombramiento de Felipe VI, se
ha producido algún acto que recordara, que ayudara, que corroborara en algún
momento, que tanto un rey como otro, pensaba VERDADERAMENTE EN TODO SU PUEBLO.
Lo único que he encontrado ha sido en nombre del señor Vicente Ródenas que fue
condenado a muerte, y posteriormente perdonado en 1968 por el nacimiento de
futuro rey de España (nos referimos, a nuestros actual Rey, Felipe VI).
Si hace unos días me hubiera preguntado: ¿Qué es más
difícil? ¿Promulgar una ley de abdicación o invitar a todos los españoles a un menú
gratuito por la proclamación de un nuevo Rey? ¿Sabéis que habría contestado?
Sin lugar a dudas, la promulgación de una nueva ley. Mas esta claro las simpatías
que busca el nuevo regente, las mismas que tuvo su padre, las mismas que tuvo
el caudillo, sólo de aquellos que ellos consideran “personas”.
Una pena MAJESTAD. En su primer acto oficial y ya nos ha
dado con la primera en la frente. Y es que ya lo dice el refrán: De tal palo,
tal astilla.
¿Lo del café para todos? ¡UNA ILUSIÓN! ¿Lo del menú para
todos? ¡UN IMPOSIBLE!
MORALEJA: Alguien dijo una vez: “A veces tratamos de
conseguir algo y fracasamos, entonces vemos al mundo muy grande y que no somos
nada; pero si conseguimos lograr lo que anhelamos, el mundo nos parece pequeño
y nos sentimos los reyes del mundo”.
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