jueves, 25 de febrero de 2016

CITA A CIEGAS (relato)



 

Miércoles, 24 de febrero de 2016

 

Supongo que no es raro pensar que alguien en tu empresa te quiere gastar una broma. Por eso cuando recibes un e-mail anónimo a tu dirección de la empresa, de los primeros que sospechas son los mas cercano. ¿Será Marco? ¿Será Juan? ¿Ramón quizás? ¿Roberto? ¿Manuel? ¿Julián?

 

Un e-mail de un felino, pues así se llamaba y poco más. Pero no se quedó en uno sólo. Hubo otro al día siguiente, y luego otro y otro más. Era un hombre inteligente y lo sabía. Al tercero, me pudo más la curiosidad, y le respondí. Luego, me enganche a sus respuestas, a su forma de ver la vida y empecé a cuestionarme cosas como aquel nombre, Felino, como si fuera su nombre. ‘¿Será por su signo zodiacal?’  Pensé ‘¿Será por su amor a los gatos? ¿Será por sus ojos quizás verdes? ¿O quizás por su cuerpo esbelto, oído agudo y su excelente vista? O, si me pongo a pensar en lo peor,… ¿Será por la parte más salvaje que anida en él? ¿O por ser un “cazador” diestro y sigiloso?’  Sin lugar a dudas, si trataba de alejarme con aquel nombre, u ocultándose entre los matojos o intentando ver como yo reaccionaba entre las sobras, no había acertado. Lejos de apartarme, me encantaba sentirme en aquel juego de dos, un juego casi de intelecto, por las cosas que nos comentábamos en los correos. Era como pasear con alguien distinto que lejos de reprenderte por ser tú, alababa hasta la más rara de tus manías. No conocía su voz. No conocía su cuerpo. No sabía como eras su forma de tocar, ni de acariciar, ni de sentir. Pero empezaba a conocerle a él. Y me encantaba…

 

Habían pasado los días sin darme cuenta. Hacía ya un mes y medio desde el primer e-mail. Fue entonces cuando al abrir como cada mañana el correo del trabajo con alegría, ganas y emoción, sentir mi cuerpo helarse al ver:

 

“Deseo verte.

Quiero pasar una

noche contigo”.

 

No ponía nada más. Lo miré y lo remiré como si faltarán letras, como si hubiera algún mensaje oculto. No le respondí enseguida como había hecho el último mes y medio. No ponía ni el día, ni donde, nada más que… “Quiero pasar una noche contigo”. Era imaginar aquellas palabras en mi mente, con su voz que desconocía, y erizárseme el bello por completo. Llegó la hora de ir a comer y al final le respondí tras una larga mañana de ansias, de placer, de goce y de pasión.

 

“Yo también deseo

pasar una noche contigo”.

 

Antes de que pudiera levantarme de delante de la pantalla, ya tenía su respuesta:

 

“Esta noche, 21:30,

en la estación del tren.

¡No te olvides la chaqueta!”.

 

Le respondí con una sonrisa en forma de imagen que busque en Internet.

 

Era viernes y me fui a casa a las 15h de la tarde. Quería dormir para estar descansada, quería reposar y no pensar en nada. Pero era cerrar los ojos y sin haberle visto, no poder sacármelo de la mente.

 

Llegaron las siete de la tarde. Me duche con agua fría. Todo mi cuerpo ardía.

 

Empecé a arreglarme. Sabía muy bien lo que le gustaría y todo lo que me ponía sabría que le encantaría. Zapatos de tacón de diez centímetros, granate aterciopelados. Vestido negro, con un escote en forma de barco, sin medias y con lencería también negra muy sugerente. Chaqueta tres cuartos, como me había pedido, y un pañuelo para el cuello de seda de color granate, al igual que los zapatos y un pequeño bolso.

 

Cogí un taxi y me planté en la estación en media hora. No sé si sería por el día, por la hora, pero apenas había gente. Un cartel con mi nombre, me esperaba en manos de lo que parecía un camarero con guantes blancos.

 

Llegué a su altura y me pidió que le acompañara. Había un tren clásico en una de las vías que jamás había visto. El olor a madera, su elegancia, su diseño me cautivo por completo. Entré y dos camareros más, uno abriendo la puerta y otro a la altura de una mesita pequeña redonda en medio de un salón que parecía privado con tan solo dos copas en la mesa repletas de champagne. Escudriñaba las caras de los camareros buscando la suya. No le conocía pero sabía que le reconocería cuando le tuviera delante.

 

Me acerqué a la mesa. Me asistió para quitarme la chaqueta. También le di el pañuelo del cuello y el bolso. Luego me ayudó a acomodarme en la silla. Estaba allí, a la espera, sin saber por donde iba a aparecer. Un escalofrío recorrió por mi espalda. Acababa de entrar en la sala, a mis espaldas, y lo sabía. Se acercó con paso firme, lento, con sus zapatos que se me antojaban italianos, negros que casi se deslizaba de forma sugerente por aquel suelo antiguo. Sentí su mano en mi hombro. Casi no fui capaz de contener un pequeño gemido susurrante que se me escapó de entre los labios a traición. Él sonrió, mientras poco a poco avanzaba hasta la silla que tenía frente a mí. Fue emergiendo poco a poco en mi campo de visión como una aparición sublime, cual estatua cincelada en mármol. Sus ojos no eran verdes, sino de un azul intenso que al verlos casi pierdo el aliento.

 

-         ¿Decepcionada?

-         ¿Eso crees?

-         No he dicho tal cosa. Te he preguntado.

-         Lo sé. Para nada. En todo caso, asustada.

-         ¿De mí? – sonrió de una forma sublime – ¿Tanto miedo doy?

-         Un poco sí. No creía que sería capaz de venir.

-         Puedes irte cuando quieras.

-         Gracias por avisarme. Lo tendré en cuenta – dije de forma burlona.

 

Hubo un silencio largo. Estábamos los dos solos en aquel comedor. Ya no había camareros, sólo estábamos él y yo.

 

-         Me gusta como te has vestido.

-         Lo hice porque se que te gustaría.

-         Me lo creo. Sobretodo me encanta como te sientan esos deliciosos tacones. ¡No creí que te vería tan alta! – dijo de forma entre burlesca y seductora.

-         Vaya, yo creí que lo primero que saldría sería ese lunar de mi escote.

-         ¡No soy tan vulgar! Lo miro, lo observo, me deleito con él, eso no te lo voy a negar, pero lanzarme a saborearlo, aún no.

-         Pero ya lo tienes en mente – respondí casi desafiante.

-         Sí, eso sí. Aunque te puedo decir que yo, ya te he hecho el amor del derecho y del revés estando aquí frente a ti.

 

Un pequeño microorgasmo recorrió mi cuerpo de los pies a la cabeza.

 

-         Sabía que eras muy sensible, pero jamás llegué que hasta ese punto – me respondió mientras me miraba fijamente a los ojos sin que yo bajara la mirada. Se había percatado del estremecimiento que había causado en mi cuerpo, y una vez había empezado el baile del placer, no iba a dejar títere con cabeza.

 

Cogió la copa de champagne y me animo a que yo cogiera la mía. Se acercó lo máximo posible, a una distancia en la que ambos respirábamos el mismo aire. Brindamos y bebimos un sorbo ambos. Después se levantó y vino a mi lado. Me ayudó a levantarme. Me tenía frente por frente, a unos centímetros escasos de su boca. Me miraba, aspiraba mi aroma, se embriagaba de mi cuerpo. Sin tocarme ni un centímetro de piel, podía sentirle reseguir con su mirada, con su esencia, mi ser por entero.

 

Sus labios se posaron en los míos, mientras su mano alcanzaba mi nuca para acercarme más a él. Sentí que me mareaba, que perdía el control de mi cuerpo por entero. Parece como si me hubiera leído el pensamiento porque de manera casi instantánea, su otra mano se coló por mi cintura hasta mi espalda. Con uno de sus dedos, fue levantando poco a poco mi vestido. No me di ni cuenta cuando, al separar un ínstate su boca de la mía, mi vestido salió por los aires dejándome ante él sólo en ropa interior y tacones. Las mejillas se ruborizaron. Me alzó la barbilla para que le mirara a los ojos y me dijo:

 

-         No se te ocurra ruborizarte ahora. ¿Vale?

 

Asentí con la cabeza y mirándole fijamente, bajé mis manos hasta su camisa que fui desabrochando para liberar su tremendo pecho. Mis labios se perdieron entre sus pezones, entre lametazos sutiles, pequeños mordiscos y deliciosas mini succiones que le volvían loco de deseo. Mientras le escuchaba suspirar sutilmente mientras se inflamaba de deseo, bajé mis manos hacía el cinturón de su pantalón y lo desabroché. Bajé su cremallera y su bóxer, estaba muy abultado. Verle tan excitado, me hizo tener otro pequeño mini orgasmo. Era una delicia ver como su deseo iba creciendo más y más a medida que me iba bajando hasta sus tobillos, acompañando el pantalón hasta quitárselo del todo. Lejos de volver a subir de golpe, me quedé a la altura de su sexo, el cual, por encima del bóxer, empecé a besar y acariciar con mis labios. Eso le encantó. Me cogió por la mano y me levantó de golpe. Me dio la vuelta y me aferró a su cuerpo desnudo. Mi cuerpo se volvió a estremecer una vez más. Sus labios se posaron en mi cuello, mientras sus manos alcanzaban mis pechos y liberándolos de su prisión de blonda, eran acariciados hasta producirme un placer indescriptible. Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. Todo aquello era tremendamente excitante.

 

Me tumbó hacia delante en aquella mesa. Me ayudó con sus manos a separar un poco las piernas. Ladeó mi braguita y pude sentir su sexo, jugueteando con la entrada del mío. Ya no podía contener mis gemidos. Cada micro orgasmo vivido, cada sutil roce proporcionado, me había autocensurado. Pero ya no podía, necesitaba expresar lo mucho que me gustaba que desafiara a mi ardiente cuerpo, que lo llevará al límite, que lo hiciera suyo. Introdujo su verga en mi ardiente sexo. Hasta él se sorprendió por lo mojada que estaba, por como con un ligero movimiento pélvico sin fuerza, la había adentrado entera en mi. Ante aquello se movió de manera sutil, casi imperceptible, para alargar sus ganas de enredar con mí cuerpo, para avivar mucho más mi sed. Su forma de moverse era sublime. Era si me acariciara por dentro con el más exquisito de los placeres jamás imaginado.

 

Sacó su sexo de mí y empezó a recrearse con la punta de su glande, en mi ano. ¡¡¡ME ENCANTÓ!!! Suspiraba ansiosamente, con cada mínimo sutil roce que el proporcionaba en la entrada de aquella zona nunca explorada.

 

Introdujo su verga en aquel lugar prohibido hasta ese momento. Fue delicado pero me dolió. Paró. Lo sacó lentamente y lo volvió a enterrar en mí, muy poco a poco. El dolor fue disminuyendo, el placer fue en aumento. Volvía a deleitarme con envestidas casi orgásmicas, que me hacía alcanzar las ganas de que me poseyera mas y con mas ganas.

 

La sacó de nuevo y estuvo jugueteando al ratón y al gato, ahora con mi sexo, ahora con mi culo, con sus dedos, con su verga, sin dejar que descansaran en ningún momento. Arrebataba más y más y más, sin llegar nunca a tropezarme ni siquiera por casualidad con el orgasmo más puro.

 

Le dejaba, me encantaba que me hiciera suya, sin reservas, sin miedo alguno. Seguía cada vez con más fuerza y más y más. Podía sentir sus huevos golpear con cada envestida mi culo. Cada vez era más brusco, más salvaje. Estaba a punto de derramarme. Un grito de éxtasis supremo estalló en aquel vagón de tren sobre aquella pequeña mesa redonda. Primero de una voz femenina, la mía, y pocos segundos mas tardes la de todo un hombre, un felino henchido hasta la extenuación de un poder que sólo pocos comprobarían y del que me encontraba deleitada de que hubiera compartido conmigo.

martes, 23 de febrero de 2016

HUELGA…. ¡NO!



 

Lunes, 22 de febrero de 2016

 

“Todo el mundo sabe que una huelga es incompatible con una mesa de negociación” dijo Ada Colau hace cuestión de pocos días en referencia a la huelga de los trabajadores de TMB los cuales, coincidiendo con el inicio del Mobile World Congress Barcelona que ha empezado hoy y que durará hasta el próximo 25 de febrero.

 

Esto da mucho que pensar: Ada Colau tiene doble personalidad, los trabajadores de TMB son oportunos pero muy inoportunos y que cada vez que se quiere fastidiar al usuario coincide con un Congreso o una Feria importante en algún a de las ciudades más importantes del país. ¿Casualidad?

 

Empezaré por el final… Cuando alguien acude a este tipo de congresos, normalmente es la misma Feria quien garantiza a los asistentes el trasporte de ida y vuelta a las instalaciones de la misma. Es decir, que lo ÚNICOS perjudicados por la huelga de los trabajadores del TMB suelen ser los usuarios que día tras día, haya o no evento, intenta utilizar este medio de trasporte para acceder a sus puestos de trabajo.

 

No voy a ir yo de radical por la vida y voy a decir lo que dice ADITA de que la huelga es incompatible con una mesa de negociación. Pero sí que estoy de acuerdo con ella al decir que SE ESTÁN PASANDO si es realmente cierto que rechazaron un aumento por pedir algo tan exorbitado como 150 euros al mes más. ¿Habéis salido a la calle lejos de vuestro trabajo remunerado? Me da igual si trabajáis o no en TMB pero… ¿Habéis visto cuales son las condiciones para jóvenes y no tan jóvenes en el mercado laboral? ¡De risa! Yo no os voy a poner ejemplos que he oído y escuchado. Os voy a decir ejemplos que me han pasado en mí en primera persona.

 

Tengo estudios y durante toda mi vida he trabajado de lo que estudié. Hasta que llegó la crisis. Aún así tengo que decir que yo fui una de las afortunadas, al menos al principio. Yo no empecé a sentir sus efectos hasta 2012 pues, aunque acabé el paro y me puse a trabajar de lo que había pues no se me caen los anillos, pude ir tirando. Cuando se acabó mi prestación empecé a trabajar cuidando a una mujer mayor de lunes a domingo cuatro horas por la mañana. No me pagaban por horas pues decían que nos le salía a cuenta. Me pagaban un sueldo fijo, hubiera o no más o menos días. Trabajaba de lunes a domingo, y aunque no era jornada completa, no tenía descanso alguno. ¿Si la mujer se ponía mala? Yo la llevaba al médico con mi coche. Si vomitaba pues la comida le había sentado mal, pese a que mi horario se hubiera acabado, la cambiaba, la metía en la ducha, la aseaba, la metía en la cama, avisaba a sus hijas, limpiaba todo y me iba sin que NADIE se hubiera presentado allí de su DOS HIJAS. Fueron dos años muy bonitos a la vez que muy duros pues cuando le empiezas a coger cariño a alguien, ya no es un trabajo sino que forma parte de ti. ¡No tenía vacaciones! ¡No tenía reposos! Y a medida que empeoraba, las horas subían siendo ya parte de su casa durante seis, siete y ocho horas diarias. ¿Subieron el sueldo? Sí, a proporción de las horas pero sin una vía de escape y cada vez más y más implicada, no compensaba. Y para colmo de mis males, su marido, un celosos integral, no paraba de hacerme la vida imposible con insultos, falta de respeto y otras cosas que me callo minando no sólo mi ánimo sino mi autoestima. Yo cobraba, cuando hacía 4 horas 400 euros al mes, hubiera o no más días. Y cuando hacía 8 horas, 800 euros al mes. Me tenía que desplazar y me gastaba mensualmente cien euros en trasporte (como mínimo). ¿Creéis que me compensaba? ¿En serio? Sin embargo lo hice pues lo peor era estar mano sobre mano. Eso si, yo no podía hacer huelga porque lejos de vivir en un país con derechos, los míos, ya no existían en ese mundo donde te puedes dar con un canto en los dientes si te pagan el día 5 y encima dando las gracias pues con un contrato sólo verbal, la patada te la pueden dar y tal día hizo un año.

 

Si, mi situación no es mucho más distinta de las personas que cogen el metro cada día en el TMB. Incluso yo era de las privilegiadas, por así decirlo. Sin embargo, los que sí que son UNOS PRIVILEGIADOS siguen haciéndoles la vida a los usuarios por llamar la atención, como los niños pequeños, con unos sueldos y unas condiciones que más de uno firmaría con los ojos cerrados.

 

En fin, es verdad que NADIE VALORA LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE. No deseo que nadie pase por lo que yo y muchas personas vivimos o estamos viviendo. Pero si que es verdad que de vez en cuando más de uno necesita una GRAN DOSIS DE REALIDAD para darle un valor extra a aquello que posee y otros no.

 

MORALEJA: Benjamín Franklin dijo: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

lunes, 22 de febrero de 2016

ADIÓS VALKIRIA. HOLA…




Domingo, 21 de febrero de 2016

 

“Desde Gran Canaria para todo el mundo La Gala Drag Queen 2016” así empezaba como cada año la gran gala donde se despide desde  Las Islas Afortunadas a Don Carnal para dejar paso a Doña Cuaresma. A ritmos muy movidos, con colores increíbles, con espectáculos fantásticos de luces y sonidos y unas maravillosa puesta en escena, un año más el mundo Drag nos conquistó de manera muy especial.

 

Tengo que decir, que a mí, siempre me ha fascinado de un modo muy especial su forma de hacer espectáculo desde una altura tan vertiginosa sin miedo y mostrándose en el estado más puro y sin complejo alguno (sobretodo porque desde mi mundo femenino en el que vivo, las mujeres tenemos mucho e incluso nos da miedo mostrar depende de que por lo que puedan pensar o decir).

 

Ojalá algún día pueda ver este espectáculo en directo (ojala el Maestro Liendre (http://luisbermejo.com/) quiera acompañarme) y poder no sólo fotografiar (como apasionada de la fotografía que soy) a estas DIOSAS DEL RITMO EN SU MOMENTO MÁS VITAL como es la actuación de cada una en la Gala Drag Queen de Gran Canarias. Es más… ojala me hicieran algún día MADRINA de un espectáculo como este porque me sentiría muy dichosa de ese gran honor (a parte de emocionarme muy mucho porque yo, aunque parezco y son una mujer fuerte, sin lugar a dudas tengo un corazón blandito y algo así me haría llorar de emoción).

 

Tremenda e increíble la despedida de Lady Valkiria que el año pasado ganó la gala 2015 (https://www.youtube.com/watch?v=0mtASPMlvBs) que al ritmo de la vida, se despedía de todos tras su año de reinado.

 

Y la gran vencedora de la Gala Drag Queen 2016 ha sido GRIMASSIRA MAEVA buscando una duna encontró, sin lugar dudas el cariño del jurado y de todo el publico que desde casa y desde la misma Gala que la votaron para alzarla con el honor de ser la Ganadora de 2016.

 

Entre veinte grandes actores también hay que nombrar sin lugar a dudas las otras dos actuaciones más destacadas que han sido la de Drag Shetlas y Drag Vulcano (segunda y tercera ganadoras de la Gala DQ 2016).

 

Así que, ahora sólo nos queda el Entierro de la Sardina, y esperar que llegue ese momento de cuaresma donde las calles se visten de colores más sobrios, de una serenidad digna de la Semana Santa que también tiene su encanto sobretodo para aquellos que disfrutamos de todo en la vida, cuando llega.

 

MORALEJA: Mi moraleja de hoy es para todos los que no ganaron en la Gala de hoy o que sienten en la vida nunca ganaron hasta ahora. Es de Francis Scott Fitzgerald, escritor estadounidense (1896-1940), y dice así: “La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar”.

sábado, 20 de febrero de 2016

SUMISIÓN. DEFENSA. SUPERVIVENCIA


Sábado, 20 de febrero de 2016

 
 

Sumisión. Defensa. Supervivencia. Por sí solas sólo son vocablos inconexos entre sí.

 

La sumisión es acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad o la voluntad de otra persona o a lo que las circunstancias imponen.

 

La defensa, o el acto de defenderse, es protegerse de un daño, de un perjuicio o de un ataque.

 

Supervivencia  se utiliza para señalar la capacidad de sobrevivir que puede poseer cualquier tipo de ser vivo.

 

No es fácil en la vida elegir el camino correcto. Hay momentos en que nuestro instinto más salvaje, el más puro de ellos, aflora en nosotros.

 

Cuando una leona ve que atacan a sus cachorros los defienden con uñas y dientes. Da igual si el que está frente a ella sea incluso un cocodrilo (https://www.youtube.com/watch?v=1ZxxxaNUIro). Las mamas leonas defienden a sus hijos hasta con su propia vida.

 

Pero no son las únicas que en el reino animal son supermamas.  Tenemos muchos ejemplos en el mundo animal que nos demuestra de que son capaces las madres por sus crías:

 

·        La mamá pulpo puede poner entre cincuenta y doscientos mil huevos, y los cuida durante unos cuarenta días hasta que se abren. En ese tiempo, nunca abandona su puesto de guardia, ni siquiera para buscar comida. Para mantener el hambre a raya, es capaz de comerse uno de sus tentáculos. Al final del proceso la hembra está tan débil, que a menudo muere.

 

·        Las hembras arañas lobo, fabrican un saco esférico para sus huevos que transportan colgando del extremo posterior e inferior del abdomen, como una guardería portátil. Cuando los huevos eclosionan, cargan a las crías sobre el abdomen hasta que los pequeños realizan su primera muda.

 

·        La mamá osa polar suele parir en medio del invierno. Para cuidar al recién nacido, se queda dentro de la madriguera las primeras semanas y le da leche. Pero en todos esos meses, ella no puede alimentarse, así que debe sacrificar su propia reserva de energía para dar de comer a su pequeño.

 

·        Las mamas elefantes no son solo los animales terrestres vivos más grandes del mundo, también tienen el embarazo más largo entre todos los mamíferos: dura 22 meses. Durante los primeros meses, el bebé elefante depende únicamente de la leche materna para alimentarse, hasta que aprende a usar su trompa para beber y traer hojas a su boca. Sin embargo, y aunque ya pueda alimentarse solo, continua mamando hasta los tres a los cinco años.

 

·        Las hembras de alligator americano (o caimán del Mississippi) vigilan de cerca sus nidos hasta que los huevos hacen eclosión. Una vez que nacen, la mamá los carga en su boca y se los lleva al agua, donde continuará cuidándolos durante tres o cuatro años.

 

·        Cuando una mamá gacela deja a su cría sola en medio de la sabana africana lo que está haciendo es llamando la atención de cualquier predador sobre sí misma para alejarlo de su retoño. Pero para sobrevivir en campo abierto no duermen más de una hora al día, en cortas siestas de pocos minutos.

 

·        Los bebés gorilas necesitan mamar al menos cada hora hasta que tiene cuatro o cinco meses. Incluso después del año, las mamás nunca dejan que los pequeños se alejen a más de cinco metros. Se quedan con su mamá hasta que tiene tres o cuatro años, e incluso pueden compartir el nido hasta que tienen 6 años.

 

Y no son las únicas GRANDES MADRES del mundo animal.

 

Sin embargo cuando una madre intenta defender a su hija dentro del mundo de los animales racionales, no todo es posible. Nunca debe de considerarse el ASESINATO como una forma de defender a una hija.

 

Hoy se ha pronunciado la sentencia sobre el caso Carrasco en el que Montserrat González y su hija, han sido declaradas culpables del crimen de Isabel.

 

¿Qué sucedió? Isabel Carrasco, presidenta del PP de León, vejaba, humillaba, le faltaba el respeto a la hija de Montserrat, Triana Martínez. ¿Por qué? La presidenta solicitó favores sexuales por parte de Triana, la quiso SOMETER y, al no conseguirlo, empezó su ataque diario para destruirla mental y físicamente (ya saben: quien tiene el poder no es sólo el que tiene el control sino el que es capaz de manejar lo que le rodea a su antojo, caiga quien caiga, y cueste lo que cueste).

 

Triana comentaba con su madre lo mal que lo estaba pasando laboralmente hablando e incluso tras este por culpa de esta “persona” por no haber accedido a sus caprichos.

 

Montserrat, como gran madre, como esa hembra preocupada por su cachorro, sufría al ver el daño que le estaban haciendo a su pequeña.

 

Todo podría haber acabado de otra manera. Pero Mariano volvió a apostar de nuevo, no si a sabiendas o no de lo que pasaba en el PP de León, por Carrasco dejándola de nuevo al mando.

 

Las peores pesadillas pasaron por la cabeza de Montserrat. Los peores augurios empezaron a cobrar vida en su mente al ser espectadora diaria del dolor expresado día, tras día, tras día, tras día, tras día, tras día, tras día, tras día, tras día, tras día,…

 

Montserrat sabía que cada vez el círculo se estrechaba cada vez más. Hasta que llegó a pensar, por el padecimiento que estaba padeciendo su pequeña, que sólo había una salida: o matar o ver morir a su hija.

 

No se lo pensó dos veces y el 12 de mayo de 2014, a las 17:15 de la tarde, disparó tras veces sobre Isabel Carrasco causándole la muerte.

 

¡Nunca defenderé a una asesina! No está en mi ser defender a alguien que lejos de tomar el camino correcto, optó por el camino fácil (ya saben, como dice el refrán: “Muerto el perro, muerto la rabia”. Pero aunque la actitud despótica de la presidente fuera un acto digno de una “perra”, nunca jamás de debe pensar que el asesinato, que pegar tres tiros a alguien, es la solución PARA NADA).

 

Pero también entiendo muy bien que hay momentos en la vida en que la desesperación por el ABUSO SISTEMÁTICO DE UNA PERSONA CON PODER hace que alguien pierda la razón y se comporte como un animal salvaje más que un animal racional.

 

Cuando a alguien lo ponen entre  la espada y la pared, entre matar o morir, está claro que TODOS elegiremos sobrevivir aunque la única elección sea, propiamente dicha, la muerte en sí misma, el convertirnos en ASESINOS.

 

No hubo sólo una agresión. El asesinato no fue un único delito que se cometió. El acoso, las ganas de destruir a alguien por tener una posición de poder también fue una infracción muy grave y debería de servir o haber servido de atenuante en este caso.

 

Los artículos 175 y 176 CP se contemplan el "mobbing" dentro de la Administración Pública, "la autoridad o funcionario público que abusando de su cargo…" atentare contra la integridad moral de una persona...”, que además de la pena de prisión de de 6 meses a 2 años arrastra la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público de dos a cuatro años.

 

Si el responsable del partido, Mariano Rajoy, en vez de arremeter contra unos o contra otros como un toro en un chiquero, hubiera dirigido mejor a los integrantes de su partido, muchas cosas se hubieran evitado. Desde sobres de dinero negro, desde desfalcos de capital aquí y allá por parte de integrantes del PP que lejos de ser expulsados, inhabilitados para poder ejercer cualquier otro puesto público, han sido reasignados a seguir con un Cargo Público dentro del propio partido, hasta la muerte de Isabel Carrasco.

 

Montserrat SÍ disparó los tres tiros contra Isabel. Sí, su hija pudo ser cómplice de un delito de encubrimiento. Pero no, NO SON LAS ÚNICAS CON LAS MANOS MACHADAS DE LA SANGRE DE CARRASCO. Hubo alguien que no puso los medios necesario para evitar ese “mobbing” sobre Triana y que lejos de aliviar el dolor con un cambio más que deseado, echó más sal en la herida, como aquel que vierte más gasolina sobre el fuego y al final consigue que todo quede arrasado por el más doloroso incendio jamás imaginado.

 

MORALEJA: Oscar Wilde dijo: “En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles”.

VEN A PERVERTIRME (poema)


Viernes, 19 de febrero de 2016 

 
VEN A PERVERTIRME

 

Pusiste la semilla

mientras tu suave voz

se me colaba por la nuca

como aquellos besos la noche

en el sueño cobro

una nueva dimensión

desconocida para nosotros.

 

“Ven a pervertirme…” .

 

Un canto de sirena

en voz de hombre,

me turbaba desde el

más allá y más lejos aún.

 

“Con tus trucos

de maestro consumado…”.

 

Cuanto más cercana

era tu voz, menos era

consciente de mi voluntad.

Me abandonaba,

me liberaba, era más tuya.

 

“Prometo ser sumisa y obediente…”.

 

Ya no tenía voluntad,

si tú no me lo ordenabas.

Ya no deseaba otra cosa

que satisfacerte con cada acto,

tocándote, tocándome,

deleitándome siendo

tu muñequita sexual.

 

“Abandonarme entre tus manos…”.

 

Creyéndome protegida,

me adentro en tu mundo,

me desato, me retuerzo,

gimo, lloro,… suplico no pares.

 

“Ven a pervertirme

con tus juegos…”.

 

No temo si tu cuerda

aferra mis manos,

si tus azotes no

son con la mano,

si tu manera más dulce

de llamarme es cabrona.

 

“Que quiero doctorarme

en tus pasiones…”.

 

Seguir subyugándome

a tus intenciones,

sin jamás discutir por nada.

Agradecida trastornándome

con cada más oscuro

y oculto deseo, me entrego

una y otra y otra vez a ti

sin reservas, sin miedos,

atrozmente esclavizada.

 

Si el destino es uno,

el mío es agonizarme

en tus designios,

dejar de existir

en tus propósitos,

matarme en tus tentativas,

morirme, si hiciera falta,

de un latigazo.

 

Tuya, sólo tuya.

Tuya sólo, para ti Amo.

miércoles, 17 de febrero de 2016

CIEN METROS EN CINCO HORAS



 

Martes, 16 de febrero de 2016

 

No, no es una exageración ni mucho menos. Hay días que se van complicando de tal manera el día que cien metros lisos, que normalmente los harías en diez segundos o menos (si eres profesional, claro está), se convierte en un suplicio en que la hora de la comida, es TODO UN REMASO DE PAZ incluso con comida recalentada y demás.

 

¿Que no puede ser así? ¡Os cuento! Te levantas, vas al médico pues tienes que tramitar algún documento médico de tu padre, de tu madre, de tu esposa pues ella no puede. Al tener jornada partida y trabajar fuera, sino lo haces a primera hora, no podrás hacerlo en todo el día. Llegas al centro médico y como no… ¡No hay donde aparcar! Te preguntas como puede ser si hace apenas cinco minutos que ha abierto en centro sanitario, haya ya una cola que parece infinita. Te toca esperar tu turno para que te den un papel, para que te atiendan en un mostrador u otro (si, después de muchas cabalas, hacer dos colas es mejor que una desorganizada. Eso si, como la evolución va hacia delante, un nuevo avance serán tres colas,… ¡Patético!).

 

Te atiende, por suerte un hombre que más o menos sabe de que va. Tras veinticinco minutos de espera en la cola, de nuevo a la carretera. Si hay mucho tráfico normalmente a primera hora, imaginad si vas con media hora de retraso. Es como si todos los conductores lo supieran y también los semáforos incluso los guardias de circulación que a esa hora todos te paran a ti para dejar pasar a los estudiantes.

 

No sé como llegas a la empresa con sólo cinco minutos de retraso (y eso que siempre llego con diez minutos de antelación pues no me gusta que me llamen la atención por algo que está en mi mano evitar). Y como Murphy es un cabrón que aparece cuando menos te lo esperas, el responsable de la empresa, el que paga los sueldos y nunca te ha visto llegar antes desde hace ya más de diez años, hoy te pilla en recepción y te echa un vistazo de aquellos que uno entiende muy bien: “¡Te he visto! Y sé que llegas tarde”.

 

Así que el día no empieza con buen pie. Además, como estamos en plena campaña de gripe, falta LA MITAD de la plantilla. En Comercial la mitad. En Administración sólo uno pero otro, como comercial necesita ayuda, se va con ellos. En Almacén faltan como diez. En Productos dos más. Y claro, eso no tiene que verse de cara a la galería y por lo tanto, vas atendiendo las llamadas como buenamente puedes. Mas es obvio que alguno tiene que esperar. Sin embargo como no está acostumbrado a ello, se enfada, grita, te falta el respeto y al final, te dice lo que necesita. Te dan ganas de mandarlo a la mierda y sin embargo, te pones a hacerlo con rapidez pues entra otra llamada y otra y otra y otra.

 

Para colmo, hay una chiquita nueva a la que no han enseñado bien (porque no hay tiempo, porque no hay gente, porque algunas no tienen ni PUÑETERA IDEA del trabajo que desempeñan desde hace quince años). La chiquita, a la que le han dado cuatro nociones básicas (muy básicas, pero que muy, muy básicas pues algunas y algunos no da para más) te empieza a remitir un sinfín de e-mails que son, sin lugar a dudas, para su propio departamento. Pacientemente devuelves uno, dos, tres… treinta y cinco. Pero después de una hora y media te da por llamar a la persona que tendría que haberle enseñado un poquito mejor y le dices: “¡Por favor! Pierde diez minutos con ella pues no puedo estar toda la mañana devolviéndoos los e-mails”. A lo que la avispada del otro lado responde… “Ya le he dicho que me pregunte lo que no sepa”. Respiras, te tomas unos segundo para no decirle lo que pasa en aquellos momentos por tu mente. “Ya pero la chica, te habrá preguntado y no le has respondido porque hablabas por el teléfono y me está pasando TODO lo que es para vuestro departamento. Te pido que le dediques diez minutos”. Tampoco lo ha entendido a la segunda, pues ella es así, y te responde un “¡Vale!” que tú sabes muy bien lo que significa: “Por uno oído me entra y por otro me sale”.

 

Así que en un despacho de cuatro personas, hay una, tú. Estás cogiendo el teléfono, atendiendo el zetafax, respondiendo a los e-mails y devolviendo los erróneos que siguen llegando, soportando de todo y más por un puesto de trabajo que te gustaba hasta que comprendiste que nadie es imprescindible cuando murió un compañero por cáncer y a la mañana siguiente, ya había otro en su puesto.

 

Llega la hora de comer, pero tú no has acabado. Te tomas treinta minutos para cerrar temas por no dejar las cosas a medias. ¡Eso jamás te ha gustado! Mas cuando vas a calentarte la comida, tras poner la copia de seguridad que siempre te toca a ti poner a mediodía a la que tienes que dedicar un tiempo para poner sobretodo cerrando ordenadores que OTROS siempre se dejan abiertos, no te encuentras con nadie. El jefe JAMÁS ve esos momentos en los que has invertido 45 o 55 minutos a favor de la empresa de más y sin remuneración extra ninguna. Sólo estará cuando llegues tarde, aunque sólo sea un minuto, para lanzarte esa mirada absurda que te hace sentir hasta culpable.

 

En fin… todos hacemos cien metros en cinco horas, pues pese a los baches, los gatos que se cruzan simbólicamente en tu camino, las rocas, las espinas, las serpientes y demás, el ser humano es capaz de todo por alcanzar su meta, aunque muchas veces te dé ganas de darte media vuelta y mandarlo todo al carajo.

 

MORALEJA: Alfred Victor de Vigny (1797-1863), escritor francés, dijo: “Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino”.