Si una
relación de amor es complicada, una de amistad lo es el doble o el triple. ¡No
es lo mismo el amor que la amistad! Y viceversa.
Aún recuerdo, con mucho cariño, las primeras palabras que
me dijo mi mejor amigo cuando empezamos a salir juntos: “No me atraes
sexualmente”. La mía fue tan franca como la suya: “Lo siento pero tú a mí
tampoco”. Desde ese momento podíamos tener los dos la guardia lo
suficientemente baja para no hacernos daño.
Fue una época de lo más bonita. El roce, cualquiera de
ellos, era calido pero no tenia dobles sentido pues las cartas estaban sobre la
mesa y boca arriba. Si nuestras caras se juntaba preparando una comida,
moviendo un mueble, o simplemente, por jugar a quien aguantaba más de los dos
la mirada.
De eso francamente ya hace mucho. Ahora, cada vez que una
relación de amistad se va el garete, ya sea con un hombre o con una mujer, los
motivos, las repercusiones, las molestias, la fuerza de las palabras,
demuestran tantas cosas que a veces son tan difíciles de aceptar que uno,
obviamente, acaba saturado.
A veces dices algo como: “No te acordaste felicitarme” y
ellos se piensan, vete tú a saber que, que te retiran el saludo para siempre.
¿Es tan malo decir solamente eso a un amigo? ¿Qué clase de persona retira la
palabra a otra sólo por una frase?
A veces, la respuestas a esa frase, puede ser peor que el
propio silencio. Es cuando, por ejemplo, recibes un e-mail al día siguiente y
te dicen: “¡Me olvide! Es verdad. Pero es que estaba…” o borracho, o de juerga,
o… practicando un uno contra uno con el rollo de aquella noche”. ¡Madre mía! El
mundo parece detenerse en ese mismo instante. El corazón te ha dejado de latir.
No sólo no te felicitó sino que encima,… su excusa es tan pobre como su actitud.
Sé que no se puede cambiar a las personas, sé que cada cual
es como es, pero por el amor de Dios, no creo que un LO SIENTO o un FELICIDADES
RETRASADAS fuera tan difícil de decir. Cuando alguien dice algo, no es un
reproche. Quizás, por algún motivo que no sabemos, necesitaba, ansiaba, deseaba
contar con tu simple felicitación para saber que hay personas en el mundo con
las que estás y no vas a pasar de eso, de estar momentáneamente, durante un
rato y poco más, sin pasar por el lecho, sin malos rollos, sin reproches, sin
malos entendidos (no todas las mujeres somos tan complicadas como os creéis).
Pero a la vez, cuesta pensar que en el mundo, para un hombre, o para una mujer,
tu amistad valiera tan, pero tan poco, como para olvidarse de la única fecha del
año que tiene que recordar.
Si somos el sexo débil no es por no ser valientes, por no
ser fuerte, por poder con todo y con todos llegado el momento de plantar cara.
Si somos el sexo débil, justamente, es porque tenemos corazón y sentimientos y
porque es tan fácil hacernos daño, a propósito o no, que esa debilidad es la
que nos distingue del sexo contrario.
¡¡¡SOMOS MUJERES!!! Sí. Pero justo por eso, nosotros no nos
olvidamos de lo importante que siempre habéis sido vosotros y vuestros momentos
buenos y malos.
MORALEJA: Rob Goldston dijo: “En tu relación con
cualquier persona, pierdes mucho si no te tomas el tiempo necesario para
comprenderla”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario