Cuando alguien tiene pocas luces significa que no es muy
listo, que no se da cuenta de las cosas que pasan a su alrededor, que no es
precisamente un “iluminado”, un lumbrera.
Entonces se supone por mera definición en si, que cuando se
tienen MUCHAS LUCES es precisamente por todo lo contrario, porque la persona es
muy avispado, muy “iluminado”.
Trasportemos así porque si a estas fiestas navideñas que
nos ocupan. Por esta misma regla de tres aquellos que tienen su balcones,
ventanas o frontales de su casa cubiertos de muchas luces son verdaderamente
personas tan ILUMINADAS que les importa un pepino tanto la contaminación
lumínica, como el importe elevado de la factura de la luz, como el hecho de que
depende de la edad poner tantas luces demuestra una falta importante de una
carencia. ¿Quizás será falta de vatios entre neurona y neurona? Eso yo no lo sé.
Ni soy neurólogo, ni electricistas para entender la conexiones inconexas que
tienen todos aquellos que convierte desde el uno de diciembre hasta mas allá de
la primera quincena de enero, su casa en un árbol inmenso navideño con luces
intermitentes y molestas (eso sino se monta un especie de CORTILANDIA con
música y todo que entonces, y sin ser psiquiatra tampoco, yo los enviara de
cabeza a una habitación acolchada y con camisa de fuerza. Nadie en su sano
juicio puede tener tanta alegría navideña, ergo,… ¡¡¡ESTA LOCO!!!).
Por esta misma regla de tres, los tontos, los borricos del
Belén que abogamos por una navidad sin tantas luces, somos los menos
“iluminados” y por tanto, menos hábiles a la hora de decidir pasar unas fiestas
tan tremendamente consumistas de forma mas intimista y sin tantos gastos innecesarios.
En resumen, que a veces mejor ser tonto y disfrutar de la
tranquilidad de un día normal como cualquier otro, que estar gritando a gritos
con destellos destellantes: ¡¡¡ESTOY LOCO!!! ¡¡¡ESTOY LOCO!!! ¡¡¡ESTOY LOCO!!!
MORALEJA: W.C. Fields dijo una frase digna de ocupar el final de
este escrito: “La Navidad en mi casa es por lo menos seis o siete veces
más agradable que en cualquier otro sitio. Empezamos a beber temprano, y cuando
el resto de la gente ve un solo Santa Claus, nosotros vemos seis o siete”. ¡Feliz Navidad! Iluminados y los
que no lo estáis tanto.
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