sábado, 7 de diciembre de 2013

AL PROPIETARIO DE UNA NAVAJA (poema)


 
 
AL PROPIETARIO DE UNA NAVAJA
 
La cuesta empinada me asfixia.
Hay algo que no me deja
avanzar como antes.
Un lastre anclado
a mis pies que no veo;
un peso muerto que me arrastra
hacía abajo sin remedio.
Lucho a diario por eliminarlo.
¿Cómo se mata
una invisible atadura?
La soga no sólo
me oprime la carne.
Es un crepitar inmenso
de ilusiones las que ciñe
para no dejarlas escapar
ni de mi mente,
ni de mi corazón,
ni de mi ser.
No sé desde cuando está ahí,
ni si habita a mi lado
desde hace mucho tiempo.
Sólo sé que no puedo
con esta angustia.
¡Me falta el aire!
¡Me roba el sueño!
¡Me quita la vida!
 
Sé que alguien ahí escuchará
mi suplica pues sólo necesito eso:
una navaja, una persona
fuerte, su voluntad,
… sólo eso. ¡Ven a sesgar
mi condena!
¡Ven donde estés a
arrebatarme mi peor mal!

No hay comentarios:

Publicar un comentario