¡LIBÉRATE!
Desnúdate esta noche para mí.
Que no quede sobre ti
pena alguna, malestar, herida abierta,
que no pueda ver a simple vista.
Mi bálsamo será sereno y claro
(no son horas para recibir caricias
profundas más allá de los abrazos).
Dime quién eliminó tus sueños,
dime quién fulminó tus ilusiones,
dime quien llegó para hacer pedazos tu vida.
Las palabras no servirán y lo sé.
El verbo bien conjugado
no servirá esta noche,
ni toda mi pasión mal encarada,
desvirgada de pudor,
henchida de lujuria bien vestida,
no podrá consolarte
ni esta noche, ni mañana tal vez.
Habla con el corazón y escucharé.
¡No puedo hacer nada más!
Desahoga tu cuerpo,
grítame, insúltame,
ponme a mi la cara de otra. ¡Libérate!
Si hubiera un conjuro
mágico lo inventaría para ti.
Si un hechizo pudiera cambiarlo
todo me convertiría en bruja.
Mentiría, robaría, destrozaría
por devolverte lo que te han quitado.
¡Sólo soy yo!
Sólo estoy aquí por ti.
Sólo puedo escucharte,
darte miles de abrazos,
deslizar susurros diciéndote
que el dolor pasará.
¡Eso lo sabes!
Lo sabes desde ayer
y desde el día anterior.
Ahora sólo necesitas consolación
y un poema,… sólo son versos.
¡Sólo eso!
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