En las vías ya empezaron a tender las luces que cuelgan de
lado a lado en las calles más importantes. Luces económicas de distintos
colores y formas navideñas.
Los anuncios de juguetes inundan todas las bandas horarias
desde primera hora hasta las tantas de la noche (los niños duermen temprano
pero es como si ellos no lo supieran. Nos acosan emocional a los mayores los
anunciantes para debilitarnos a base de machaqueo constante a tres bandas:
niños, catálogos y spots con
musiquitas pegadizamente horribles.
¡No me caen nada bien esa gente! Son peores que una tortura con agujas debajo
de las uñas).
Aunque esos no son los peores de estas fechas: los de
turrones, los de polvorones, los de lotería de navidad (¡Hay el anuncio de
lotería de Navidad! ¿Por qué lo harán? ¿Por qué una cosa que se vende sola
necesita un anuncio que en vez de animar deprime? Salen personas a las ponen
para que salga raras o espeluznantemente horribles como si fueran monstruos
salidos de películas de terror de los ochenta (en plan Freddy Krueger pero aún
mas espantosos)), los bombones (sin licor o con y lo peor de lo peor de lo peor
es que, siendo abstemia, te tiras a los de licor para que todos estos días
parecen que pasen mas rápido).
Los belenes a los que todos ponen un “caganer” (muñeco típico de Cataluña que simboliza a un pastor
haciendo de vientre con el pantalón bajado) pero con su figura mas “querida” ya
sea Rajoy, Messi, Wert, Epi o Blas, Obama, Nadal, Marilyn, Hello Kity, Albert
Einstein, entre muchos otros (hasta hay una de Urdangarin cagando y con una
bolsa de dinero en al mano. ¡¡¡QUE MALO ES EL VICIO!!!).
Por todos lados árboles, copos de nieve de papel, luces de
colores, pórex con purpurina, guirnaldas, Reyes Magos que suben por la terraza
que no sabes si llamar a la policía o al psiquiátrico para que venga a recoger
a la señora que los colgó por estar GRAVEMENTE desequilibrada pues no tuvo
suficiente con los Magos Reales y el Papa Noel por el otro lado, ni con las
lucecitas por todo el balcón de lado a lado encendidas toda la noche desde el
día uno de diciembre hasta el treinta de enero que no sabes si vives en un piso
o al lado de un puticlub con esos neones apagándose y encendiéndose. Que da
unas ganas de gritar,… “¡¡¡SEÑORAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Que esto no es
que ya esté fuera de lugar desde el día siete sino que da grima y todo”.
A parte de todo esto las compras, la gente comprando como
si se fuera a acabar el mundo que si cordero (a precios escandalosos), que si
pollos de granja rellenos (¿Alguien se ha preguntado porque sólo existen los
pollos de granja en navidad? Pesan de ocho kilos para arriba eso con hueso que
si son rellenos, pesan más), que si gulas, que si langostinos, gambas,…
¡¡¡Coño!!! Que después de tantas comidas obligadas y con las sales de fruta
tomadas a diario para no disgustar a ninguno de tus familiares por no probar
esto o aquello que cocino porque sabe que te gusta, te vas a casa y piensas,…
“¿Lentejas para el uno de enero? ¡¡¡PORQUE NO UNA MACEDONIA COMO COMIDA DE AÑO
NUEVO!!!” Y no, no sólo hay lentejas sino que queda turrones, y mazapanes, y
neulas que no se pueden dejar para el año que viene porque caducan y… ACABAS
ODIANDO LA NAVIDAD POR EL DOLOR DE BARRIGA QUE EMPIEZA EL 24 Y ACABA CERCA DE
MEDIADOS DE FEBRERO.
Lo único que me gusta de estas fechas, aunque sea bondad
fingida o no, es la recogida de alimentos, las campañas para conseguir dinero
para juguetes, para abordar enfermedades importantes con la recaudación de
dinero. ¡Esto si merece la pena aunque sólo sea una vez al año! Porque está
claro que no todos pueden permitirse cenar manjares sino simplemente el comer,
es una tarea muy costosa para muchos padres y madres de familia en paro y sin
recursos. ¿Que sólo son donaciones sin importancia? Bueno, puede aunque yo no
creo lo mismo. Hay personas que sólo son solidarias en estas fechas señaladas y
otras que pese a disponer de capital, no encuentran nunca el momento para abrir
sus carteras a los mas necesitados (ojala hubiera cundido el ejemplo en todos
que a sabiendas como está el país, han cobrado su buen dinero para rodar un
anuncio en vez de donarlo a una causa solidaria. ¡Ellos sabrán! Ni los
gobernantes enseñan valores a seguir ni los que sucumben a sus malas decisiones
muestras, aunque sólo sea una vez al año, su forma de decir NO a las
injusticias sociales).
MORALEJA: Ricchard Lamm dijo: “Las Navidades son la
época en que los niños le dicen lo que quieren a Santa Claus y los adultos lo
pagan. Los déficits son las épocas en que los adultos le dicen al Gobierno lo
que quieren y los niños lo pagan”.
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