DUELO
Me
llenas el alma de luto.
¡No
puedo aguantar tanta pena!
Si
las lágrimas
tuvieron
algún sentido,
las
que corren hoy
por
mis mejillas no lo tienen.
No
necesito plañideras
que
me recuerden tu muerte,
ni
crespones negros en los balcones,
ni
coronas de flores marchitándose,
ni
ropajes de negrura impregnados.
No
busco el duelo,
…
siempre
va conmigo.
Forma
parte de mi carne,
de
ese músculo lleno de quejido,
de
esta piel que respira
despedida
eterna en cada poro,
de
mi ser entero velando
siempre
al mismo muerto
(pues
muerto sólo hay uno).
El
dolor siempre es constante,
una
variable difícil
de
controlar pero inquebrantable,
como
un martillo incesante
recordándome
tu silencio para siempre.
Dichas
dejaron las normas,
la
pautas para seguir
hasta
el sepulcro.
¡Me
niego a cumplirlas!
Ser
uno más no va conmigo.
¡NO
LLEVEN FLORES
NUNCA
A MI TUMBA!
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