UN AMOR TRAICIONADO
La pistola en mi mano,
apuntalaba a su cabeza.
Era su rostro un océano
irreprimible de lamentos.
¡Tengo que matarla!
¡Tengo que matarla!
¡Tengo que matarla!
Soy su dirigente,
su líder, la persona
en la que confían sus vidas,
el que en la batalla le coge
su mano cuando su último aliento
se marchita para siempre,
el que recoge su nombre
en un viejo diario como último
testigo de que estuvieron
algún día vivos.
Ellos han votado
que mate a mi amor
que acabé con él
ahora y para siempre.
Lo acusan de traidor, de falso, de embustero.
¿No es peor morir sin él?
Su corazón está en mis manos
y el mío,… ya ni me pertenece sin ella.
Soy cautivo de mis galones,
prisionero de mis normas,
preso de mi lucha,…
esclavo de mi amor.
No me tiembla el pulso,
se me endureció la sangre.
Disparó atravesando
la cabeza de la liberación.
Mi cuerpo cayó en el suelo.
Aniquilé mi tormento.
¡No conseguía matar mi amor!
Sus lágrimas resbalaron
por mi cuerpo ausente de vida.
Si moría por un amor
traicionado,… sólo ella lo sabe.
Mi pesadilla ya concluyó.
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