EL
CORAJE DE UNA MUJER
En la plenitud de su
vida
vio truncado, por el
azar, su futuro.
Pero no se vino abajo
jamás sino que luchó
(es más sigue
luchando
sin miedo a nada ni a
nadie).
¡Una mujer, un duelo,
un reto que
sobrevivir!
Armada siempre
con esa melena al
viento,
con esa mirada que
con
solo un guiño hacía
temblar las piernas
de cualquiera
que se cruzara en su
camino,
con aquella sonrisa
de mujer sofisticada
e increíblemente
elegante,
bella, dulce, tierna.
De nada servían
las armas de doble filo
porqué su coraje
podía
con cualquiera de
ellas.
¡Ella iba siempre un
paso por delante!
Su valentía no se
medía
por los miedos que
afrontaba
sino por aquellos que
superaba
día tras días que,
sin ella decirlo,
que le costaban
lágrimas de sangre,
pero que nadie al
menos
supo porqué el rímel
hace
maravillas y ante los
demás
las risas eran la
mejor medicina.
¿Qué haría cuando se
quedaba a solas?
A nadie le importaba
porqué
más allá de lo que
ella mostraba
quedaban las luchas
cada vez más
largas y duras, pero
siempre ganadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario