Típico del verano en España, o lo era al menos cuando las
cosas pintaban mejor para este país, son las tapas. ¿Qué son las tapas? Algo
comestible y tremendamente bueno que antes era gratis con la bebida (un platito
mas bien pequeño pero no minúsculo, que acompañaba muy bien a la cervecita de
medio día, al tinto de verano de las dos de la tarde y que sentaba de coña
cuando se retrasaba la comida con un refresco bien fresquito y con mucho hielo).
Ahora, sólo en algunos sitios, cada vez menos, se ponen aceitunas pero cuatro y
de lata. Antes, hasta podías saber la calidad del bar sólo por las tapas. ¿Qué
había olivas con hueso? ¡Lujo! ¿Qué habían berberechos? ¡¡¡Lujazo!!! ¿Qué la
tapa era de jamón serrano? “¡¡¡NIÑO!!! Avisa a tu madre que hoy hay JAMÓN PA
TOS” y ya se iban los niños a casa comidos y bien comidos a casa.
Por desgracia ahora ni el jamón es jamón, ni el chorizo es
chorizo y las pobres olivas van rellenas de una anchoa que no sabe a anchoa
pues le han quitado hasta la sal porque,… las personas somos así. Antes, el
jamón era salado pero estaba curado y tremendamente bueno, con esa grasita que
hasta te embriagaba el alma de lo tremendamente rica que estaba. Y el chorizo,
que si lo dejabas dos segundos sobre el pan, con el calorcito del verano,
dejaba un charquito de alegría en forma de aceitito rojizo que te quitaba las
penas hasta la cuaresma. Y esas olivas, machas, gazpacherras, negras, con su
huesecito dentro como estaba mandao. ¡Que alegría tener el hueso ya sin nada de
chicha en la boca un ratito! De un cachete a otro de la boca. ¡Que delicia! ¡Que
placer tan baratito (pues la tapa era gratis)!
Hay algo que también me impacto ayer, para bien claro está,
y es que dentro de estas tapas “subvencionadas” con las que cenamos la mar de
bien unos amigos y yo, descubrí tres de ellas que no conocía hasta la fecha
(aprender, aunque sea de tapas, con más de treinta cumplidos, es algo
verdaderamente refrescante y renovador).
¿Qué es una tapa de cabrillas? Las cabrillas son parecidas
a los caracoles pero más pequeños que en salsita de tomate, cebolla y pimienta
están de primera.
¿Y la de rejos? Los rejos son los tentáculos de los
calamares que bien hechos, están tiernos y apetecen mas que la típica tapa de
calamares a la romana que es todo un clásico entre los clásicos.
¿Y la de asaduras? Aunque parezca algo que todo el mundo
debería conocer, yo no sabía que la tapa de asaduras son los pulmones y los
corazones que bien guisados, con cayena, tomate, vino tinto, sal y pimienta, se
convierten en un plato suculento y muy apetecible para los paladares más
selectos del mundo del tapeo.
En fin, que a las puertas casi del fin del verano, tomar un
tinto de verano, una clarita o un refresco una noche calurosa, con amigos
entreteniéndonos entre tapas y risas, es un privilegio que no esperaba tener en
esta recta final de vacaciones pero que sin duda, he disfrutado a placer.
MORALEJA: Cicerón dijo: “El placer de los
banquetes debe medirse no por la abundancia de los manjares, sino por la
reunión de los amigos y por su conversación”.
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