domingo, 8 de septiembre de 2013

SI AYER NO HUBIERA PASADO NUNCA (poema)


 
SI AYER NO HUBIERA PASADO NUNCA

 

Hubo un martes

con significado para mí.

Despertaba con ganas de verte,

con esperanzas de escucharte,

de sentirte, de tocarte.

Contaba hacia atrás las horas,

me agobiaba si el reloj se paraba,

si alguien no corría ese día,

si intentaban robarme

minutos de tu compañía.

No hace tanto de eso.

El tiempo ha pasado muy rápido

pero esto fue justo ayer,

cuando aún creía en ti

y en tu recuerdo.

¡Hoy ya es tarde!

Ya es muchas horas tardes

tantas que podían completar

un año de mil días y quinientas noches.

Si Ayer  no hubiera pasado nunca

aún tendrías una posibilidad

pero el Hoy  arrasó con fuerza

no dejando nada a lo que poder

prender de nuevo fuego

en esos bellos martes.

 

A partir de ahora todos

los que venga querré

matarte, mutilarte, verte arder

por entero de principio hasta el fin.

Desearé sentirte agonizante,

fracasado, sin alma.

Anhelaré arrancarte,

uno a uno, todos mis recuerdos

(eliminarme para siempre de tu vida

es lo que buscaré por entero).

 

Se que ahora tu ego estará

siendo henchido por minutos

con cada una de mis palabras,

que te creerás inmortal para mi mente,

que pensarás que jamás podré olvidarte.

Tienes razón. Yo no me engaño.

¡No podré olvidarte!

Mi corazón no podrá olvidarte,

mi mente no podrá olvidarte

pero ni cuerpo,… no te recordará nunca.

 

Mi cáncer mortal fuiste tu,

esa enfermedad enquistada

que me atacaba dejándome sin fuerzas.

No hubo químio, ni radioterapia

que pudiera matarme de mi para siempre.

 

Cuando daño hiciste castellano,

cuantas veces te cambiaste de camisa

que hasta lo colores pintaban

en tus honores pulcros

según el país que estabas

cual bandera desgastada

(si en Cuba te hubieran visto defender

al potentado en la tierra madre,

el asere ya no podría pasearse

con tanta libertad entre tanta

gente de bien siendo sus ropas

azules en vez de ese rojo

sangre que tanto gusta por allá).

 

Ni siquiera en eso fuiste sincero

con los que te llamaban

primo, hermano, hijo. ¡

¡Que lástima no ser alguien entero!

A medias en todo y para todo,

sin llegar, sin existir, sin profundizar,

… sin ni siquiera dejar vivir en paz.

¡No todos buscaban tu ayuda!

Muchos sólo deseaban

que no hubieras existido jamás.

 

Al final siempre la misma charla,

la misma verborrea recurrente

de alguien sin carrera,

sin estudios superiores,

que espera aparentar ser

más inteligente con esa charla

“políticamente” bien ensayada.

 

Perfecto, “padre”.

¡Lo hiciste genial!

Volviste a perderme

pero que más te da.

¿A cuántos más podrás embaucar?

¿Cuántas más se derretirán

en las manos de un hombre

que pinta a invierno

en cada pliegue de su cuerpo?

El tiempo pasa y llegarán

muchos martes más a mi vida.

Ninguno más con tu nombre ni tus apellidos.

 

Si Ayer no hubiera pasado

nunca tu ahora estarías aún aquí;

pero Hoy arrasó sin remedio

y, sin duda,… yo lo prefiero así.

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