miércoles, 25 de septiembre de 2013

ME DICES (poema)


 
ME DICES

 

Me dices que para mí todo se acabó ya,

que con la forma y el decoro,

poco me queda ya que hacer

(parir un par de hijos, criarlos,

celebrar sus momentos

y ver como sus vidas siguen,

mientras la mía, ya no

me dejará vivir nunca más).

 

Me dices que no puedo estudiar

(eso es cosas de la edad,…

ya tienes demasiados

para aspirar a nada más).

 

Me dices que debo besar

a diario la mano eclesiásticamente

consagrada con un anillo dorado

hasta el fin de mis días

(como esposa,… no me

queda a nada más a lo que aspirar).

 

Me dices que para mi se acabó el soñar,

se acabó el esperar, se acabó prácticamente todo.

 

¡Te equivocas!

Nunca supiste de mí

ni la mitad.

 

Mimaré cada noche mis pecados

y los haré mas reales

que cualquiera de los que ya existieran.

Retozaré con la noche hasta

hacerla completamente mía.

Fornicaré con las personas indefinidas

que no conozca ni mi nombre,

que no me quieran,

que sólo busquen carne,

que sólo quieran hembra.

Arrasaré con los credos

de dos en dos,

de cuatro en cuatro,…

de doce en doce.

 

¡Nunca existió nadie como yo!

Lo digo a boca llena,

con la fuerza de los treinta y seis,

con la intensidad que me da

el sentirme terriblemente viva.

 

Inventaré nuevas materias

cursadas hasta quedar bien saciada,

inmensamente aprendida

de la boca al espíritu

sin dejar de por medio

ningún poro bien lubricado

con la ímpetu de una fiera.

 

Al final, si existe uno,

no sé que quedará de mí.

Pero para que se pudra en vida

un cuerpo rebosante de existencia,

mejor corromperlo estando vivo,…

así al menos yaceré serena

en la tumba pensado:

¡Si que has vivido vida mía!

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