jueves, 17 de julio de 2014

UNA CLASE DE PEDANTERÍA FEMENINA





¡Soy mujer! Lo reconozco. Tengo mis cosas buenas y malas. ¡Eso es verdad! Pero hay comportamientos dentro de mi sexo, que soy incapaz de entender por mucho que me lo proponga. Uno de ellos es la pedantería que a veces poseen ciertas mujeres.

Sí, ya saben a las que me refiero: a esas preciosas chicas tan divinas y esplendorosas, que no han tenido ni un descuido de flatulencia nunca jamás en la vida, ni un descuidado eructo se asomado en sus bocas, ni un pelo de más en sus exquisitas piernas (eso sí, en las axilas unos cuantos aunque sean rubios muy monos teñidos a conjunto con la cabeza. Una cosa es ser guarra, como no, con ese pedazo de pelambrera que lucen de forma francamente vistosas, con camisa de tirantes más bien ceñidas. Pero… ¿Ir desconjuntadas con el tinte de axilas, chochete y cabeza? ¡Eso no! No es de divinas esa enorme metedura de pata y perderían la antigüedad si alguien se enterara).

Estas preciosas ninfas, hadas del universo terrenal, que normalmente suelen vestir de rosa (no sé por qué), causan graves lesiones en los cuellos de los machos machotes. Se las domina, en el genero masculino, las “parte cuellos” (creo que no hará falta explicar porque).

Algunos pensarán que esta diatriba viene por parte de una morena. ¡No se equivocan! Otros pensarán que las morenas siempre les hemos tenido algo de recelo a las rubias (si supiéramos cual de todas ellas es natural, aun tendría un por que pero la gran, gran, gran y absoluta mayoría, por desgracia y déjeme que les haga señores estar revelación que quizás les resulte hasta traumática, son morenas, pelirrojas o castañas con tinte).

Mas lo que hoy me ha creado casi un absorto mareo que he podido controlar más o menos al oírlo es lo siguiente: “¡No es colonia tonta (¿Cómo lo has notado?)! Es el perfume de mi piel (una le decía a la otra que qué bien olía)”.

El cuerpo humano está recubierto de piel. La piel es una capa de tejido resistente y flexible que cubre y protege el cuerpo del ser humano y de los animales.

La piel protege al cuerpo de ataques mecánicos, físicos, químicos o microbianos desde el exterior,

Protege el cuerpo de mecánicos, físicos, químicos o microbianos ataque que provienen del exterior a través de, entre otros, mecanismos celulares e inmunológicos y su impermeabilidad, resistencia y flexibilidad.

La piel se utiliza para transmitir información entre el cuerpo y el mundo exterior a través de sus múltiples terminaciones nerviosas que reciben estímulos táctiles, térmicos y dolorosos.

La piel es el lugar donde se llevan a cambio numerosos intercambios entre el organismo y el exterior.

Asimismo, participa en mecanismos complejos, como la regulación de la temperatura corporal (por la eliminación de calor y la evaporación del sudor secretado por las glándulas sudoríparas, así como la eliminación de sustancias nocivas) y la síntesis de vitamina D, que es esencial para el crecimiento de los huesos.

Más que por mucho que se lo proponga cualquier la piel no bañada con geles olorosos sino sólo con agua, NO HUELE ni a vanilla, ni a flores salvajes del campo, ni a agua de batido de fresa, ni a ninguna de las fragancias de la amplia variedad que hay en el mercado de perfumes. Que por otra parte la chica no quisiera confesar el secreto de su perfume hasta lo entiendo si tratara de seducir a un hombre (un poco tonto pero bueno). Pero no decirlo para aparentar ante otras mujeres que su piel era mejor que la del resto, es el sumun, del sumun, del sumun de la estupidez femenina elevada a la enésima potencia.

En fin, que lo único que me ha quedado claro, es que hay algo que nunca lograré entender y es que la manera de “putearnos” unas a otras, puede ser tan variopintas como de llegar a mentir a la hora de confesar un olor. ¡Que Dios nos coja confesados!

MORALEJA: Mi gran y querido Groucho Marx, (1890-1977) actor estadounidense, pone la guinda al final de hoy con una de sus frases celebres: “Cualquiera que diga que puede ver a través de las mujeres se está perdiendo un montón de cosas”.



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