Da gusto ver que las cosas han cambiado. Los medios
digitales y las grabaciones, han conseguido que actos como la tortura no queden
impunes.
Hoy, 10 de julio de 2014, un legionario ha sido detenido en
su domicilio de Ronda en Málaga, por su posible relación con el maltrato
infligido a unos presos en 2004 en Iraq que han aparecido en una grabación. El
Juzgado Togado Militar sigue con la investigación para esclarecer los hechos.
Todo seguirá su curso tras la detención pues, tras una
guerra, siempre queda una parte amarga que todo el mundo trata de esclarecer
por poder paliar unas heridas no visibles escarmentadas contra una sociedad.
Sin embargo, en cuestión de esclarecer los hechos y poder
poner bálsamos sobre el dolor, España no se distingue por su curación social. Más
bien, aboga por el silencio, por seguir callando, pese a que la Guerra Civil
Española hace ya mucho que acabó. ¿Por qué no se pueden hablar de nuestros
muertos o desaparecidos en el periodo más negro de la historia de España? No sé
si nunca sabremos esas respuestas. Lo que sí está claro, es que cuando algo se
ha intentado remover en eses sentido, todo han sido trabas y problemas a todos
los niveles imaginados. ¿Qué ocultan las fosas comunes sin lugar marcado? ¿Qué
no desean que sepamos?
Por ejemplo, el juez Balsatar Garzón dijo adiós a la
carrera judicial al ser condenado a 11 años de inhabilitación por sus formas,
según los jueces del Tribunal Supremo, nada correctas, en algunos casos de corrupción.
El Supremo pone fin así a la trayectoria del juez español más reconocido a
nivel internacional, cuyo triple encausamiento ha sido descalificado por
juristas de todo el mundo. Es también el punto final a sus 31 años de carrera
judicial, 22 de ellos en la Audiencia Nacional, durante los que desarticuló el
entramado de ETA y su entorno, combatió otras formas de terrorismo, desmanteló
multitud de redes de narcotráfico y blanqueo de capitales, ordenó la detención
del general Pinochet y persiguió los crímenes contra la humanidad de dictaduras
latinoamericanas.
Pero Garzón no fue apartado sólo de los juzgados por sus
actos calificados de “ilegales” sino porque trataba, acosar todos los crímenes
contra la humanidad de dictaduras incluida la sufrida en España durante
cuarenta años. ¡Eso le costó su cargo!
Me alegra tanto que se intente impartir justicia por unos
maltratos causado a prisioneros hace tan sólo una década, que me resulta
francamente horrible que casi cuarenta años después de la muerte de Franco, aún
no podamos buscar libremente a los nuestros y enterrarlos como se merecen. ¿Qué
pasó? ¿Que tratan de que siga enterrado? ¿Por qué? Deseo que alguna vez estas
preguntas, obtengan las respuestas que merecen. Hasta entonces, seguiremos
luchado por buscar los restos de aquellos que jamás aparecieron.
MORALEJA: James Baldwin, (1924–1987)
escritor estadounidense afroamericano, dijo: “La guerra terminaría si los muertos pudiesen
regresar”. Con
esta máxima, llevamos dos reyes y muchos años, esperando acabar con la guerra
en nuestro país. ¡Ya es hora de que alguien nos proporcione su fin!
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