* Malaysia Airlines identifica las
nacionalidades de los 298 pasajeros del avión de Ucrania (La compañía condonará
los recargos a los pasajeros que pidan cambiar de destino y a los que deseen
posponer o cancelar sus viajes). Enlace web: http://www.lavanguardia.com/internacional/20140719/54411265164/malaysia-airlines-nacionalidades-avion-ucrania.html.
Una nueva tragedia mancha de nuevo la compañía aérea
Malaysia Airlines tras ser derribado del pasado 17 de julio un avión de dicha
compañía por un misil tierra-aire tipo BUK mientras sobrevolaba en espacio
aéreo ucraniano.
El avión, un Boeing 777-200, hacía la ruta entre Amsterdam
y Kuala Lumpur. Desapareció de los radares en Ucrania a una altura de 10.000 metros y
perdió la comunicación con tierra en la región oriental de Donetsk, escenario
de combates entre las fuerzas gubernamentales ucranianas y los rebeldes
prorrusos.
Según los datos proporcionados por la compañía Malaysia
Airlines y el Gobierno de Holanda, al menos 154 holandeses, 43 malasios
(incluidos 15 miembros de la tripulación), 27 australianos, 12 indonesios, 9
británicos, 4 alemanes, 4 belgas, 3 filipinos, un canadiense y 41 sin
nacionalidad verificada iban a bordo.
Mientras se intenta averiguar si fueron los rusos o los
ucranianos los que lanzaron el misil BUK ya que este tipo de sistema de misiles
Buk es una familia de misiles antiaéreos de alcance medio desarrollados por la
antigua Unión Soviética y Rusia para atacar misiles guiados, helicópteros y
drones, y tanto Rusia como Ucrania disponen de este tipo de armamento, hay que
añadir estos doscientos noventa y ocho inocentes al más de quinientos civiles
que ha perecido desde que empezó el conflicto entre Ucrania y Rusia.
Mientras unos y otros intentan echar balones fuera con este
ataque sobre una ruta aérea SEGURA hasta el pasado 17 de julio, muchas son las
incógnitas ya que rodean a esta nueva tragedia aérea. En el cruce de
acusaciones se habla de que se han manipulado los cuerpos de los fallecidos
hasta que se han escondido partes del casco del avión por tal de esconder
pruebas. Es más, Ucrania se niega a que las cajas negras del avión vayan a
Rusia por miedo a que se eliminen, según ellos, las huellas de los terroristas.
Lo que está claro es que nadie esta exento de un conflicto
bélico sin pertenecer directamente a él. Por desgracia es ahora cuando cobra más
sentido aquella frase de que dice “Este
mundo es un pañuelo”. Doscientas noventa y ocho personas que nada tenían
que ver en el conflicto político y económico de Ucrania y Rusia, fueron
abatidas acabando así con sus vidas el pasado jueves.
Cuesta decir estas palabras pero hay veces en que las
personas, con poder o sin él, no se implican en diferentes momentos,
salvaguardándose en que no hay nada en ese momento que puedan conseguir o de
unos o de otros o que sea de su interés. A veces, la mayoría de ellas, nos
olvidamos de que allí también hay personas como nosotros que sufren a diario el
tener que vivir con el ruido de explosiones, de disparos, que conviven
directamente con la muerte. Pasamos del puntillas sobre el tema porque ya
tenemos cada cual suficiente con lo que nos rodea. Esta nueva tragedia nos
demuestra que da igual de donde seamos, ni la vida que llevemos, si vamos o
venimos, si tenemos más o menos. Este accidente aéreo duro y desgarrador por
los millones de imágenes que nos están llegando del siniestro, nos precipitan
de nuevo con la cruda realidad y nos enseña, de manera dolorosa, de que nadie
está exento del sufrimiento en una guerra pertenezca o no a ella, esté lejos o
cerca.
Mientras todo se resuelve, mientras las compañía área
Malaysia Airlines que aún no había superado la perdida de uno de sus aviones
con todos los pasajeros hace apenas cuatro meses, intenta poner un poco de
orden a los nuevos nombres y nuevas vidas destrozadas, las muestras de dolor
empañan una vez más todos los medios de comunicación demostrándonos que la vida
es muy corta y que hay que vivirla intensamente pues sólo hay una y pasa, por
desgracia, en un suspiro.
MORALEJA: Agatha Christie, (1891-1976)
novelista inglesa, dijo: “Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia
de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido
único”.
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