SU VEREDICTO
Te busqué en aquella playa
que olvidé hace ya mucho tiempo
tras una piel rasgada a contra mano.
El rumor de las olas enfría en mis
pies,
mientras contengo en mi cuerpo
todo tu descomunal recuerdo.
Repaso las risas que nos
rodeaban ese último día juntos.
Las bromas, los juegos,… todo
aquello
que nos estaba prohibido por ser
adultos.
La madrugada nos encontró a solas
repasando lentamente
lo mejor de nuestro encuentro.
El claxon que rompió inevitablemente
el sonido mudo de la noche.
Las luces de los coches acercándose
y alejándose de nosotros.
Hubo un juego de tres algo morboso
que jamás probé hasta llegar a tu
cuerpo.
Lo recuerdo todo como si fuera ayer
aunque hayan pasado
incontables noches tras aquella.
Tu voz empieza a desaparecer en mi
mente.
Tu mirada, tu forma de llamarme
por ese nombre con el
que me bautizaste sólo para ti.
Ya nada es como antes.
Puedo ver tu tristeza vertida
a golpes sobre tu cuerpo.
Quiero ayudarte pero no sé como.
Lucho buscando una señal
para acercarme,… mas no hay nada.
¡No me gusta verte así!
Aunque no pueda verte.
Te has perdido
y ni yo puedo encontrarte.
Invoco a los dioses, aquellos
que únicamente
un gran maestro conoce,
de los que yo sólo sé por tu boca.
¡No me escuchan!
Piensan que me he vuelto
loca por conocerlos.
Les pido que te devuelvan a tu ser.
Les suplico que
te hagan merecedor
de un nuevo camino,
de una nueva gruta,
de un nuevo sendero.
Les ruego que escuchen
mis desvaríos y pese a eso,…
que los cumplan sin dudar
de mis palabras
ni un solo instante.
¡Nadie escucha a esta aprendiz!
Mar, eterno profundo azul,
devuélvele la dicha de volver a ser
él.
Haz que sea lo que fue,
haz que desee regresar a su cuerpo,
guíale pues su dolor le ha vuelto
ciego.
Por fin el agua me responde:
“¿Qué
buscas tú sacar de su vuelta?”
“¡Nada!” Les respondo con
todo mi ser.
“¿No
quieres nada de él?
¡No
te creemos!”
Confieso mi culpa a las sabias olas:
“Busco
su rumbo encauzado,
verle
como le reconozco
en
mis recuerdos…
con
eso me conformo.
No
necesito más”.
El agua vuelve mansa hacia
adentro portando sobre ella
palabras.
No sé si me habrán oído.
Me duele esperar su veredicto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario