* El naufragio de un ‘ferry’ conmociona Corea
del Sur (enlace web:
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/04/16/actualidad/1397625671_828578.html).
* Tres muertos y 290 desaparecidos en el
naufragio de un ferry en Corea del Sur (enlace
web:http://www.elmundo.es/internacional/2014/04/16/534dd3efca4741524e8b4576.html).
* Las impactantes imágenes del naufragio en
Corea del Sur (enlace web: http://www.europapress.es/internacional/noticia-impactantes-imagenes-naufragio-corea-sur-20140416113111.html#).
Cuando las noticias se contradicen en pocos momentos, el
miedo no se apaga en el cuerpo si no que arde con más rudeza, con más crudeza, apoderándose
por entero de uno.
Los primeros informes sobre el naufragio del ferry en Corea
del Sur apuntaban que había sólo ciento y pocos desaparecidos. Poco después
eran casi trescientos. El temor de las familias crece sin remedio.
Las causas dicen que hubo un impacto con un arrecife
marino. Pero también se indica que era una ruta, la que les conducía a la isla
de Jeju por ser una parte de las más turísticas. Entiendo, por consiguiente,
que más de una vez se había hecho este trayecto sin estas nefastas
consecuencias y me pregunto,… ¿Por qué ahora? ¿Cómo puede ser que un barco que
realizaba la misma ruta casi a diario, no conociera los arrecifes cercanos?
Según las noticias, hay más de treinta barcos y más de
veinte helicópteros interviniendo en las tareas de rescate. En el ferry
viajaban cerca de quinientas personas, entre los cuales había trescientos y
pico eran estudiantes de bachillerato que iban de viaje escolar.
Pese a que se intenta que haya calma entre las familias, un
responsable de las operaciones de rescate que no ha querido revelar su
identidad ha declarado a France Presse: “Me
temo que hay pocas posibilidades de supervivencia para quienes quedaron
atrapados en el interior del ferry”.
Lo último que hay que perder es las esperanzas. Sólo hay
que espera que pase el tiempo y desear
que la fortuna, rodee los restos del ferry para que sean rescatadas el máximo
de personas que en el viajaban.
Lo que sigo sin entender es porque todos los gobiernos, de
aquí, de allí, de más allá, den siempre una causa tan poco improbable y menos
creíble como primera versión de los hechos en cuestión a la hora de tragedias.
A veces es mejor callar y esperar una elaborada versión de las causas que
enumerara un sinfín de cosas que no tienen ni cabezas ni pies para los que
leemos las noticias. No hace falta conocer todos los datos, ni todas las zonas,
para escudriñar entre la información que se aporta a los medios y ver que hay
enormes huecos que no pueden taparse con falsedades ni mentiras.
MORALEJA: Samuel Johnson, (1709-1784)
escritor inglés, dijo: “Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse
siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus
fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción”.
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