* Doble caída de la imagen de la Virgen en
Alcoy (enlace web:
https://es.noticias.yahoo.com/video/playlist/procesiones-de-semana-santa-accidentadas/doble-ca%C3%ADda-la-imagen-la-123744760.html?vp=1).
* Un coche atropella a una banda de música
durante una procesión en Córdoba (enlace web:
https://es.noticias.yahoo.com/video/playlist/procesiones-de-semana-santa-accidentadas/un-coche-atropella-una-banda-211212168.html).
* Accidentado Encuentro en San Vicente del
Raspeig (Alicante) (enlace web:
https://es.noticias.yahoo.com/video/playlist/procesiones-de-semana-santa-accidentadas/accidentado-encuentro-en-san-vicente-180428385.html).
* La cifra de fallecidos en las carreteras
esta Semana Santa supera a la del año pasado (enlace web: http://www.20minutos.es/noticia/2117459/0/cifra-fallecidos/carreteras/semana-santa/).
Cuesta creer que año tras año, pese a campañas de
información, pese a anuncios, pese a controles, advertencias y demás, haya una
cifra que empañe, una vez más, el fin de la semana santa: la cifra de
fallecidos en las carreteras.
Sé que los que poseen menos coche se creen los amos de la
carretera pues le da igual reventar un coche que otro,… ¡Les sobra para poder
hacerlo! Pero nos sólo sus coches los que aparecen destrozados en los arcenes
de las carreteras, sino los de personas, que por su experiencia, su
prepotencia, o por su falta de aplomo al volante, comente errores fatales que
se saldan con cifras que ponen la piel de gallina.
Dejarme que haga un pequeño inciso: recuerdo una compañía
de vuelo, que para optimizar gastos, se puso a ver que podía reducir de su
rutina normal de un vuelo. Después de muchas vueltas, los asistentes de vuelo,
se dieron cuenta que nadie se comía la aceituna de la ensalada. ¿Una aceituna
en una ensalada reduciría costes? Pues resulta que ese pequeño gesto, hizo que
la compañía redujera sus costes en millones de dólares sin mal no recuerdo.
Cuando en mi día a día, cojo mi coche y tomo la carretera,
creo que más de un fabricante de coche podría aumentar el sueldo a sus
empleados si toma como referencia, lo poco que utilizan muchos conductores, los
elementos siguientes:
- Intermitentes: Todo el mundo es tan sublime al volante,
que cerca del ochenta por ciento de los conductores no lo utilizan. Lo consideran
algo innecesario y eso que en la carretera, nos guste o no, no estamos solos.
El respeto por el de delante, el de atrás, o el de al lado, tendría que ser un
motivo más que suficiente, para indicar cualquier desplazamiento. Pese a eso,
siguen sin utilizarse y verdaderamente, ese motivo, causa accidentes mortales
que podrían haberse evitado con un poco de sensatez.
- Retrovisores: Suelen haber tres: dos laterales (uno por
cada lado) y uno dentro del vehículo. Muchos utilizamos el del medio, para algún
retoque matinal que pase inadvertido ante el espejo del baño. Pero los
laterales, al igual que los intermitentes, están de más. Reconozco que hay un
ángulo de visión muerto en los retrovisores pero no usarlos ni para el
desplazamiento mas mínimo, causa muchos accidentes, principalmente con motos y
bicicletas.
- Luces: Sobretodo cuando la visión es reducida, un día de
lluvia intensa, o muy tapado y sobretodo, al entrar y salir de un túnel o de
noche. Tienen que ser cuatro, dos delante y dos detrás. Cualquier luz fundida,
debería ser cambiada lo antes posible. Yo conduzco por carreteras de montaña
sin luz alguna y de vez en cuando, me he encontrado que en el sumun de la soberbia al volante, un
coche adelantaba a una moto. Este llevaba sólo una luz y desde lejos, yo sólo
podía percibir, una moto adelantando a otras, sino hubiera moderado aún más la
velocidad ese día, por la incompetencia de un conductor kamikaze que no supo
medir las distancias, habría tenido un aparatoso accidente.
Reduciendo estos utensilios de más que mucho son utilizan,
los costes bajarían, las empresas tendrían mas beneficios y obviamente, al
trabajador se le podría dar un sueldo mejor que motivara en sí de nuevo la
economía no sólo estatal sino a nivel mundial.
Además, puestos a reducir costes de más, habría que
prescindir de muchas, muchísimas señales de tráfico. Por ejemplo, los cedas no
se hacen jamás. La gente acelera, se mete y ya frenará el que va detrás. La
invasión del carril contrario, en especial en carreteras de montaña, es una
práctica que aún no he descubierto por qué se generaliza tanto. Normalmente las
carreteras de montañas (no todas), no tienen los carriles delimitados, pero
suelen haber dos: uno por cada sentido del tráfico, como si fuera uno de ida y
otro de vuelta. Muchas veces, los conductores, invaden los dos y se ven
obligados a corregir cuando se encuentran a alguien de frente. Pero yo me
pregunto,… ¿Es tan difícil conseguir que cada cual ocupe sólo uno? Son muy
conscientes, todos aquellos que lo invaden, de lo que hacen. Pero no se por qué,
sigue con esa práctica tan confusa que provoca primero miedo (de no saber si el
conductor lo hace adrede o va ebrio) y luego, de imprudencia directa para todos
aquellos que transitan tanto en un sentido como en otro, de esa carretera.
A parte de las imprudencias de omisión, de las imprudencias
de intromisión, están las imprudencias denominadas de abstracción (no sólo
válidas para conductores y demás sino visibles también en peatones de avanzada
edad con bastón y carrito incluido, que encuentran en las carreteras de cuatro
carriles, su oportunidad de demostrar que la edad, no es un grado de
inteligencia sino un abismo enorme de negligencia en estado puro) ya sea por un
GPS, por el móvil con alguno de los “TAN” importantes de mensajería móvil o con
alguna llamada sin tener en coche habilitado para manos libres. Amen de algún
cigarrillo que se cae, de algún brillo de labios que se extravía y de, como no,
el inoportuno cambio de CD o PEN cuando hay una música que no nos gusta. ¡Hay!
Que poquito valoramos la vida de los demás señores, por no decir la nuestra
propia. Si somos tan GILIPOLLAS de no esperarnos en algunas cosas tales como
responder a un mensaje, arreglarnos los labios, o fumar un pitillo, si nuestra
vida no vale nada, será mejor que acabemos con nosotros mismo en privado y no
exponiendo a los demás a nuestra poca valía. Si valemos algo, simplemente,
seamos consciente de que el coche, la moto, una bicicletas, son vehículos que
pueden dañar y provocar daños y, a veces, irreparables.
MORALEJA: Winston Churchill, (1874-1965) político británico, dijo: “Valor es lo que se
necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para
sentarse y escuchar”.
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