MAPA PARA UN AMANTE PERDIDO
Sigue el rastro de mi aroma.
¿Lo recuerdas?
Quedó impregnado
en cada pliegue de tu piel
en aquel cuarto oscuro
donde ambos compartimos
algo más que palabras.
Tuerce a la derecha
cuando llegues a mi sombra.
Deslízate suavemente,
por la pendiente turbia de mi silueta.
Sigue la senda
dejada por las huellas
de los neumáticos
de tu blanco coche
sobre un asfalto
aún húmedo por la lluvia.
Gira en el borde de tu cuello,
en ese punto exacto
donde tu respiración
se convirtió en gemido naciente.
Toma aire al subir la cuesta
a la que no pudiste acceder
ese día que estaba
justo frente a mi boca.
No te pares ahora,
no desistas en tu búsqueda,
no te canses ahora que estás tan cerca.
Camina inexorablemente
hacia mi pecho,
ese que te volvió loco
a simple vista cuando
yo aun no sabía
que me observabas
en la distancia.
Estréllate contra mi,
ahí nace el tesoro
que sólo compartí contigo.
¡Ven en su busca!
No tardes mucho.
El mapa es claro
y el amante,… sólo eres tu.
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