Tal
y como está el panorama, con tanta crisis, recortes y reajustes, a una le da
por pensar que hay que hacer algo diferente por “salir de la rutina”. Algo
simple, sencillo, sin grandes “quebraderos de cabeza”.
Te
pones a pensar y te dices,… ¿Por qué no un poco de “comida rápida”? Una buena
pizza a los cuatro queso TAMAÑO FAMILIAR (mas pequeña ni merece la pena “ser
comida”) o quizás una buena hamburguesa triple extra con todos los condimentos
especial con queso (tamaño super sino,… tampoco interesa) o tal vez un buen
perrito caliente largo, con extra de todo y muy jugoso o tal vez un buen
bocadillo de jamón ibérico con un buen vino (aunque a todos no le guste que en
la “mesa” sean tres los que están en una buena “comida”). Pero claro,… esa
comida sacia un instante y suele ser “pesada”, a veces “molesta” o avivadamente
“absorbida”.
Luego
piensas en algo más elaborado pero también rápido y sin “complicaciones”.
Entonces un plato combinado puede parecer sugerente. Pero hay tantos donde
elegir que al final quieres combinarlos entre si para llenarte y luego
piensas,… si hay algo que no te encaja por si sólo, mejor no comerlo.
Un
menú económico es sugerente y un primer plató, un segundo plato, un buen postre
y un buen café, suelen tener digestiones muy pesadas y claro está, no quieres
recordar una comida días, y días y días si ha resultado,… “desagradable al
paladar”.
Buffet
libre suele ser una alternativa “apetitosamente” provocativa por la “fusión” de
sabores, por la elección “variada”, por poder elegir “cuando y como”. Mas
últimamente, está tan de moda lo de buffet libre que al final acabas comiendo
“lo todos han saboreado” y a mi me gusta ser auténtica, exclusiva, sabrosa y
única hasta en el paladear (aunque sólo dure un ratito,… a veces menos del
deseado de verdad).
¿Una
paella? No es sólo para uno al igual que la fideua o un buen arroz caldoso con
bogavante. Una parrillada de carne o de pescado tampoco suele ser para una sola
persona.
¿Sólo
un postre? ¿Sólo bombones? ¿Sólo un capuchino? Poco, muy poco para complacerte
por entero.
Al
final, después de tanto y tanto pensar, o se te acaban pasando las ganas o al
final te tomas un refresco y un sándwich de la máquina de la empresa y comiendo
sola, olvidada e insatisfecha, en tu mesa de oficina y preguntándote en que
momento de tu vida rechazaste comer bien por tener demasiados “compromisos” que
cumplir. La vida es corta, el tiempo escaso y lo que parece malo, no lo es
tanto como nos quieren hacer creer. Date un capricho y… sal de picoteo esta
noche.
MORALEJA: Es bueno saber lo que uno quiere pero es mucho mejor
poder elegir a diario, una nueva forma de disfrutar los placeres culinarios que
nos ofrece la vida en el día a día.
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