PERSIGUES UN FANTASMA
Yo ya no existo.
Una vez, fui alguien,
al que decías que amabas.
¡Ahora ya no!
Vago entre unas sombras
irreconocibles colocadas aquí
para mí, para ti, para nosotros.
Dudo si en tu pecho resguardaste
alguna vez un sentimiento por mí.
¿Se puede olvidar tan rápido?
¿O fue el capricho corrompido
adornado con mi nombre
al que llamaste amor?
Yo ya no existo.
Una vez, fui alguien,
al que decías que amabas.
¡Ahora ya no!
Es extraño estar aquí,
con todas aquellas
que vivieron amarradas
a tu latido confuso.
Ellas también murieron ya.
Las mataste una madrugada
cualquiera,
tras allanar por fin sus instintos,
olvidándote rápido de sus nombres.
¡Te quisieron tanto!
En sus carnes reflejadas
aun tus manos,
en sus cuerpo
está tu marca grabada,
en sus mentes tu espalda
como último recuerdo.
¿Amaste alguna
vez amigo mío?
¿O mandaba sobre ti
tu instinto animal?
Yo ya no existo.
Una vez, fui alguien,
al que decías que amabas.
¡Ahora ya no!
¡Ya no pienso en ti
(es lo que tienen ser sólo
un recuerdo más en tu mente)!
No te culpes por mi muerte.
No te culpes por nada.
¡Ya no tiene sentido!
Mas no me revivas en tu cabeza,
olvídate de que existí un día.
¡Persigues un fantasma!
¿Lo has olvidado?
Y sólo los locos acaban
cazando quimeras.
Yo ya no existo.
Una vez, fui alguien,
al que decías que amabas.
¡Ahora ya no!
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