MI LEGADO
Me buscabas en una imagen
que no era la mía y tan
absurdamente convencida,
quise creer que yo era ella.
Me llamabas por otro nombre,
me musitabas al oído palabras
que jamás me dedicaste
cuando mi nombre era el mío.
Me cubriste de abrazos eternos,
suspirando en cada aliento,
la presencia de un ayer
en un hoy inexistente.
Quise decirte,… ¡No soy ella!
Pero te amaba tanto.
Perdí mi identidad por amor,
vagando en tu vida por entero
siendo la sombra que habito
junto a ti hacía ya mucho tiempo.
Mi carne firme, mi piel joven,
mi ímpetu tierno, mi deseo nuevo,
mi punible amor interno,
no borró de tu corazón su recuerdo,
tan vivo hoy como ayer y como
siempre.
Sigo aquí a tu lado.
¡Que sola me veo!
Es como no existir.
Es como agonizar a medias,
sin advertir la causa
de la angustia muriente
de un mal anónimo,
sin ver el fin del camino,
sin distinguir ninguna luz
tras el último túnel recorrido.
Acabar en una tumba,
con el nombre que jamás fue mío
sobre el pecho con la memoria
de una vida que jamás fue mía,
por un amor que nunca me quiso.
¡Esa fue mi vida!
¡Este fue mi legado!
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