No es fácil mantener la mente fría, serena. Cuesta custodiarse
en nuestro lugar y no incurrir al insulto fácil, al despecho de por sí, a
arremeter cuando vemos que intentan despellejarnos del derecho y del revés.
¡Cuesta mucho poner la otra mejilla! Y no me refiero a algo religioso sino en
tener la suficientemente fuerza mental y física para decir: ‘No voy a dejar que esto me afecte. No voy a
dejar que me hagan daño’. En la mente de seguida se apodera la frase más
dura que alguien puede decirse a si mismo: ‘¡NO VOY A DEJAR QUE ME VEAN LLORAR!’ ¿Qué
hay de malo en llorar y que lo vean? ¿En serio eso es lo peor que puedes hacer
para verles sufrir? ¿Pero tú crees que les enorgullecerá verte sufrir si no
tienen corazón? ¡¡¡LO DUDO!!!
¿Por qué a las personas les gusta ver el sufrimiento
humano? Nunca lo entenderé. Cuando alguien sufre, llora, siente dolor, no deja
de ser PRIME TIME en cualquiera franja horaria televisiva ya sea a las diez de
la mañana o a las doce de la noche.
Cuando esto lo extrapolamos al día a día, suele ser
delirante la cantidad de personas que intentan buscarte para herirte, para
verte sufrir, para hacerte daño. No sabes muy bien por qué pero donde quiera
que vayas, con la indiferencia, con la supremacía, con la dejadez, con la
estúpida sobrevaloración de un ser humano por encima del otro. ¿Verdaderamente
es eso lo que nos ha enseñado la vida? ¿A ver en el sufrimiento humano el hecho
de tener un día mejor si hacemos llorar al prójimo?
A mi se me pasó el tiempo de luchar, de poner los puños por
delante. ¡Lo siento! No voy a buscar pelea nunca más. Nunca más andaré buscando
el impulso fácil de ver sangrar la cara de otro porque sí, porque hoy no he
tenido un buen día. ¡NO ME GUSTA EL SUFRIMIENTO HUMANO! Llámame rara.
Mas donde haya alguien que vea mermado sus derechos, su
forma de vida, sus mínimos necesarios, si me pide ayuda, tener por seguro que
aunque me falten las fuerzas por el momento vivido, no voy a dejar de DEFENDER
LO QUE ES JUSTO, por encima de todos y de todo.
¡La vida es corta! Eso todos lo sabemos. Así que DISFRUTA
DE LA VIDA sin tener que ver a alguien llorar o sufrir para sentirte pleno.
MORALEJA: Benjamin Franklin, estadista y
científico estadounidense (1706-1790), dijo: “La felicidad humana generalmente no se logra
con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas
cosas que ocurren todos los días”.
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