SENCILLA Y CÓMODA
Mi amor era tan grande,
mi cariño tan profundo,
mi destino tan confuso,
mi mundo tan pequeño.
Avanzaba la vida y yo,
parada, la veía pasar
sin hacer apenas nada.
No pretendía llegar
a ningún lugar,
cualquier espera
silenciosa y cómoda,
era perfecta para mi.
El crecer fue duro:
una cuna sin bebe,
madres sin vida,
trabajo insignificante
para condenar tu alma
por siempre jamás.
Sentada seguía
observando
como si nada:
besos allá,
caricias acá,
murmullos en las sombras.
¡Nada en lo que implicarse!
¡Nada que me contamine la sensatez!
¡Nada que complique
sufrir por quimeras!
Una vida plana,
sin sobresaltos,
sin aspavientos,
sin perfumes que recordar,
si manos que algún día
me hicieran estremecer,
sin una boca que recordar
entre otras,… ¡Nada!
La vida era sencilla,…
mas no quería mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario