domingo, 27 de octubre de 2013

¿QUÉ ES SER OPERADOR DE RADIOLOGÍA?

* Protección radiológica de los trabajadores (Diplomas, licencias y acreditaciones de personal): La formación de las personas encargadas de dirigir y operar las instalaciones se considera un elemento fundamental para conseguir que el funcionamiento de las instalaciones nucleares y radiactivas se realice en condiciones de seguridad adecuadas, que garantice la protección de los trabajadores de las propias instalaciones y de los miembros del público.

 

Para asegurar que se obtiene un grado de formación aceptable la legislación española requiere que las personas cuya actividad puede afectar a la seguridad o la protección radiológica de las instalaciones obtengan una licencia concedida por el Consejo de Seguridad Nuclear.

 

Para la obtención de los distintos tipos de licencias que otorga el CSN se requiere que los solicitantes obtengan conocimientos suficientes en materia de seguridad y protección radiológica en general. Asimismo, se requiere un grado de conocimiento adecuado sobre funcionamiento, normas y procedimientos de actuación, riesgos existentes y medidas de protección de las instalaciones específicas en que van a realizar su actividad.

Los solicitantes de licencias de personal deben demostrar que no poseen ningún impedimento desde el punto de vista médico para el trabajo en presencia de radiaciones ionizantes. Para ello, deben presentar un certificado de aptitud para el desempeño del trabajo con riesgo de exposición a radiaciones ionizantes, expedido por un Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (Art. 39 del RD 783/2001 de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes) o un Servicio Médico Especializado (Disposición transitoria tercera del RD 783/2001 de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes).

 

Las personas que van a dirigir el funcionamiento de instalaciones nucleares o radiactivas deben estar en posesión de una licencia de supervisor. Para quienes vayan a operar directamente estas instalaciones la licencia será de operador.

 

En el caso de las instalaciones radiactivas, las licencias de operador y supervisor se conceden por un periodo de cinco años, transcurrido el cual debe procederse a su renovación. Las licencias se conceden a cada individuo con carácter personal e intransferible y con validez para un campo de aplicación (radioterapia, medicina nuclear, radiografía industrial, etc.). Posteriormente,  cada licencia se registra en una instalación concreta en la que la persona que la obtuvo ejerce su actividad. El CSN tiene un registro de licencias de personal en el que figura la información sobre todas las personas que tienen licencia en nuestro país y las instalaciones en que trabaja cada uno. (Enlace web: http://www.csn.es/index.php?option=com_content&view=article&id=4181&Itemid=238&lang=es).

 

* CÁNCER: El cáncer es una enfermedad provocada por un grupo de células que se multiplican sin control y de manera autónoma, invadiendo localmente y a distancia otros tejidos. En general tiende a llevar a la muerte a la persona afectada, si no se somete a un tratamiento adecuado. Se conocen más de 200 tipos diferentes de cáncer, los más frecuentes son los de piel, pulmón, mama y colonrrectal (http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1ncer).

 

* RADIOTERAPIA: La radioterapia es una forma de tratamiento basado en el empleo de radiaciones ionizantes (rayos X o radiactividad, la que incluye los rayos gamma y las partículas alfa). (Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Radioterapia).

 

 

Encontrar por el mundo buenas o malas personas es toda una lotería. Hay veces, que no sabes por que, aparece alguien en tu vida que, sin saber como ni porque no, te ayuda a veces sin ni saber tu nombre, como si te conociera de toda la vida.

 

Otras muchas no y de estas mismas, aunque no lo merezcan, son de las que voy a hablar en este escrito de hoy.

 

Cuando oyes la palabra CÁNCER un escalofrío recorre tu cuerpo de la cabeza a los pies. Da igual si es benigno o maligno o si hay tratamiento. Tu primera reacción siempre es la misma: ‘¡Voy a morir!’  Sientes que tu vida pasa por delante de tus ojos en ese mismo instante como si ya estuvieras con un pie en el otro barrio. No escuchas, no quieres escuchar. Te gustaría acabar con tu sufrimiento, con la amargura que harás a los tuyos por tu enfermedad y lo primero que se apodera sin querer de ti es… ‘¡¡¡DESEO MORIRME YA!!! Así,… no sufrirán’. Da igual tu dolencia o tu predisposición para curarte o no. ¡Los tuyos te quieren! No quieren, de hecho no están preparados para que te vayas.

 

La depresión poco a poco se apodera de ti. Primero la operación tras la biopsia inicial. Salir de hospital para saber que grado y hasta donde. Pensar que te miente los que te rodean (no me dicen la verdad, recelos a aceptar que lo hacen por tu bien todo). Luego los resultados, el tratamiento (largo o corto) y padecimiento tras los días que hay que esperar para saber si funciona de verdad.

 

El camino de la recuperación es largo y quien diga lo contrario miente. El tiempo en un hospital, sea por una urgencia, sea por un ingreso, sea por un tratamiento, se hace eternamente más largo que fuera de este (si, teoría de la relatividad y todo lo que queráis pero esta comprobado: el tiempo parece hacerse insoportablemente eterno).

 

Tu amigos te apoyan y te alientan a que sigas adelante (un bache, una roca en el camino, la tiene cualquiera). Tus familiares están ahí, siempre han estado, para las duras y para las maduras y ahora no te van a abandonar. Te animas durante un instante y decides empezar con el tratamiento por ellos.

 

Empiezas la radioterapia (treinta y tres sesiones) y ya en la primera te encuentras con personas que están pasando por lo mismo que tú pero que callan pues no te conocen. Te asustas, sería tan fácil darte la vuelta e irte. ¡Estás sólo ahí! Te sientes sólo.

 

Entras en un vestuario para cambiarte. Te hacen poner una bata que te dicen que tienes que traer todos los días. Ya estás marcado con unos “tatuajes” para las coordenadas para que los operarios de radioterapia puedan colocar la radiación en el lugar pertinente para realizar mejor el tratamiento.

 

Estás allí tumbado, semidesnudo. Sientes pequeños ruidos aquí y allí durante diez minutos. ¡Listo! Vuelves al vestuario, te cambias, te vas para casa y hasta el día siguiente (todo eso hay que repetirlo durante mes y medio largo).

 

Un día, un día cualquiera en el que aún no llevas muchas sesiones, oyes en el vestuario de al lado que una chica se ha mareado. Uno de los operarios acude mientras el otro, que parece no tener dos dedos de frente, le aconseja a su compañero que saque a esa persona del vestuario (creo que se ha olvidado de las normas básicas de primeros auxilios: PAS: Proteger, Avisar, Socorrer. Me asusto pues no se quien es la chica pero está claro que uno de ellos no está por la labor ni de protegerla, ni de avisar a nadie y menos de socorrer a esa persona. ¿Y si es alguien que se mareo tras la radio? ¿A este “gente” le da igual lo que te pase? ¿Qué clase de personajillo es ese tío para tratar a una persona, a una mujer, a un ser humano enfermo como si fuera un estorbo?).

 

Me voy a casa con un nudo en el estómago. ¡No quiero que me trate esa persona! No si no va a tratarme como merezco.

 

Al día siguiente, una mujer en silla de ruedas que venía acompañada o eso parecía, viene sola. La entran y le pregunta por la chica que la acompañaba. Era ella la que se puso mala ayer y la que le “estorbaba” al gilipuertas del operario (me dan ganas de poner una queja y que su supervisor sepa como trata a las personas).

 

El día después a ese, la mujer vuelve acompañada por esa chica. ¡Me alegro por ella! Se la ve de mejor cara y eso que yo ni siquiera la vi cuando estaba mareada sólo escuchaba lo que pasaba a mi alrededor. Entro yo y poco después ella. Están el vestuario de a lado y alguien ha dejado un olor fuerte dentro del mismo. El operario deja la puerta abierta el que parece tener un poquito de más cabeza (parece,… luego demostrará que no la tiene). La chica se queda dentro del vestuario esperando y el sin corazón del otro día le dice a su compañero: ‘¿Pero por qué se queda ahí dentro?’  Parece, y no se porque, como si aquella chica le molestara. No es fea, ni se la ve mala persona y trata a la mujer que acompaña con mucha dulzura. ¿Qué coño le molestará al gilipuertas?

 

Cuando la mujer sale de su turno yo me he remoloneado mas en el vestuario y escucho que el otro operario, el que parecía un hombre, le dice: ‘¡No hace falta que vengas más!’  Si yo hubiera sido ella le hubiera cruzado la cara con un golpe. Ella sólo dice que si molesta y le dicen que no (pues no lo parece por como la tratáis). Se va y se la nota enfadada. El operario que parecía tener dos dedos de frente le dice: ‘¡Adiós señora Fulanita!’  La chica se gira y le dice: ‘¿Cómo?’  Él responde: ‘He dicho adiós señora Fulanita’. Y la chica le responde: ‘Es que no se llama así. Ella es la señora Menganita’ (acababan de hacerle el tratamiento escasamente cinco minutos antes y no se acodaban de su nombre. ¡¡¡SERÁN INÉPTOS!!! La chica de la entrada se conoce los nombres de todos nosotros y nos saluda a la entrada tanto a enfermos como a acompañantes. ¡Es una gran mujer! No sólo por eso ya que no tiene obligación de saberlos o de saludar pero lo hace y es de agradecer. Sin embargo estos “operarios” que sólo tiene el título para demostrarlo, se “chulean” a todas y cada una de las personas que pasan por sus manos cinco veces por semana. ‘¿Estos son los que van a ayudarme con mi recuperación?’  Me digo. Pues si el cáncer que tengo no me mata seguro que el Cáncer de su falta de empatía con el enfermo y sus allegados, acabará por hacerme enfermar del todo hasta morir de deterioro de cariño por el prójimo sin importar quien sea este prójimo ni el dinero que puede llegar a ganar).

 

MORALEJA: Neill Lawson: "La ley nunca podrá obligar a nadie a amar a su prójimo; pero, por lo menos, se le hará más difícil expresar su odio."

3 comentarios:

  1. Impresionante artículo!!!
    Soy Diplomada en conservación y restauración de bines culturales. En 2011 hice un curso de radiografíado de arte (200horas) pero no estaba homologado por el CSN. Ahora surge un posible trabo en un museo que demanda mi titulación y este curso en concreto. Pero piden como condición indispensable que tenga la licencia de operador o supervisor. Además de pagar unas tasas, que no explican en qué consisten, debo pasar un nuevo examen por el CSN que tampoco explican ni dónde ni cuándo ni en qué consiste. Además debo llevar un certificado médico expedido por un centro homologado. Nadie me informa, nadie me explica dónde se puede conseguir ese certificado. Hay un oscurantismo y falta de información increíbles.
    Agradecería orientación.

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    1. Rosa Elena,

      El certificado médico homologado, lo puede expedir cualquier centro que hagan revisiones para el carnet de conducir, el permiso de armas, etc (no dejan de ser revisiones médicas que certifican que estamos capacitados tanto como para una cosa como para otra). Yo creo que deberías preguntarlo para cerciorarte (depende de donde seas, si miras las páginas webs de estos centros de donde te encuentres, hay un teléfono y suelen informarte de forma fidedigna).

      En referencia a los cursos homologados, yo siempre soy partidaria de ir a la fuente. El enlace web del CSN: http://www.csn.es/index.php/es/contactar-53:

      CONTACTAR
      Para consultas al CSN:
      C/ Pedro Justo Dorado Dellmans, 11
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      Tel.: 91 346 01 00
      Fax.: 91 346 05 88
      E-mail: comunicaciones@csn.es

      Como ves, puedes hacerlo tanto por e-mail como por teléfono y creo que ellos serán los mejores para indicarte CENTROS HOMOLAGADOS para que obtengas lo que deseas y puedas conseguir ese trabajo. Espero que toda esta información te sirva de ayuda. ¡¡¡SUERTE!!! Estoy deseando que lo próximo que me digas sea: ¡¡¡LO CONSEGUÍ!!!

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