Hay personas que nacen con su propia banda sonora. Otros
que jamás tuvieron una. Otros distintos, la van componiendo al largo de su
vida. Yo me considero de los últimos, de los que van construyendo su vida, y
sin saber como o porque no, la banda sonara llega por arte de magia.
Me pasó la primera vez que me enamoré que los acordes de
guitarra flotaban por un aire ardiente de agosto. Luego, esos acordes, fueron
una bella balada llamada Snow on the Shara (incluso si
pensáis en la imagen de nieve sobre las dunas del desierto cálido, es como
estar viviendo en un sueño diferente pero inmensamente bello).
Mas tarde llego nuestra canción, esa que le pones ya el
nuestro porque no puedes escucharla sin tenerle a él muy cerca: Thank
you for loving me (Gracias por quererme).
Cuando crees que la banda sonora de tu vida se va a
concluir ahí aparecen personas en tu vida, que también tienen su propia banda
sonora y que al llegar a tu vida, ambos, pese a ser sólo amigos, conocidos,
dueños de momentos cortos que la vida nos regala, también tenéis canciones
vuestras.
Canciones como Moonlight shadow, canciones como Aulili,
canciones como Can't fight the moonlight,
canciones como No dudaría, canciones como Like an angel, canciones como Mal
de Amores, canciones como Du Hast, canciones como Angelitos
sin Alas, cobra nuevas dimensiones a tu alrededor y tiene hasta aroma
propio, voz, cuerpo,… alma.
Hay una canción para mí, que durante largo tiempo, tuvo un
gran significado y me encantaba escucharla a todas horas. Era parte de un
sueño, parte de mi recuerdo, parte de mi vida, parte de mi mundo, parte de mí
ser.
Luego, en uno de esos momentos que no controlas, alguien se
adueñó un poco con mi permiso un poco con su afán de apoderarse de lo que no
era suyo, de ese bello recuerdo que me generaba dicha canción. Con el tiempo
llegué a “odiarla” en el significado mas amplio que se pueda concebir la
palabra ODIAR. Pero no era culpa de la música, ni de la letra, ni del cantante,
ni siquiera del momento de guardia baja. La culpa no era de nadie. La canción
había cobrado vida propia y para volver a tener el control, había que desandar
lo andado y volver a los inicios (una tarea ardua, fatigosa, cansada,… un
cuesta arriba con una pendiente tremendamente dura de superar paso a paso).
No tuve ganas de volver hacia atrás y retomar las riendas
de esa letra, de esa música, de esa canción y apoderarme de lo que siempre
había sido mío.
Intenté engañarme con canciones parecidas, con letras
similares, pero nada funciono. ¡Había perdido una esencia muy grande! Todo por vagueza pura.
Volver a recuperar mi canción no fue fácil pero desde el
momento que decidí emprender el camino a la inversa, me sentí poco a poco, mas
cerca de todo lo que había significado alguna vez para mí.
Me costó mas de un año y muchas lágrimas recobrarla pero al
fin, desandar el viaje, valió la pena. La canción, mi canción Celos
y Envidia volvía a estar en mi banda sonora y era SOLAMENTE mía y de
nadie mas.
¿Tanto puede provocar una canción? ¿Estoy sobria cuando os
cuento todo esto? ¿Bajo los efectos de alguna medicación? ¿Cuerda? ¡Quien lo
sabe!
¿Qué es la música? Según nuestros amigos de Wiki la música
es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible
y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los
principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la
intervención de complejos procesos psico-anímicos.
Según Kurt D. Cobain “La música es sinónimo de libertad, de
tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que
la música sea el alimento del amor”.
Según Platón “La música es para el alma lo que la gimnasia
para el cuerpo”.
Según Franz Liszt “La música es el corazón de la vida. Por
ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”.
Según Leonard Bernstein “La música puede dar nombre a lo
innombrable y comunicar lo desconocido”.
Y podríamos seguir así hasta el infinito porque cada uno de
nosotros tendría una definición, descontando la tradicional, de decir como es
la música para nosotros. ¿Estaban locos grandes compositores, grandes
pensadores y grandes leyendas de la música cuando decían que era la música para
ellos? Yo sinceramente creo que no. Pues para mi es eso la música, son
pedacitos de banda sonoras de tu propia vida que si es en primera persona se
disfruta mucho, si es en compañía de un nosotros es mágica, si es en compañía
de un vosotros circunstancial es sorprendente. Pero si es robada, apropiada
injustamente, acaba por ser un puzzle al que no le encaja la pieza central
perdiendo así pierde toda su armonía, no la música en si misma, sino tu propia
vida.
MORALEJA: Los celos son una respuesta
emocional compleja y perturbadora, que surge cuando una persona percibe una
amenaza hacia algo que considera como propio. Las envidias son aquellos
sentimientos o estados mentales en el cual existe dolor o desdicha por no
poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u
otra clase de cosas. No hay que confundirlas. Jamás es bueno llamar CELOS a lo
que sólo es ENVIDIA. Eso si, si se mezclan en una canción y se le pone un poco
de esencia de carácter latino, la combinación es tan explosiva que no poder
saborearla se convierte en una maldición. Para que esta maldición extinta no se
extienda sobre vosotros, hoy compartiré mi recuperada banda sonara. Disfrutadla
y dejaros llevar por el poder del ritmo: http://www.youtube.com/watch?v=X6qcS4O7BMY
(Marc Anthony - Celos y Envidia).
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