ACARREANDO CARDO
Acarreo
con un cardo ilusorio, gigantesco;
galante por fuera y podrido por dentro.
Me mata su ponzoña respetuosa.
galante por fuera y podrido por dentro.
Me mata su ponzoña respetuosa.
Quiero
regalarlo, cederlo, mas
nadie
lo coge de mis manos.
No lo
quiero creciendo aquí,
me
estorba su sombra,
el
rubor de su boca me molesta.
Me
inquieta su silencio desde
por la
mañana hasta el crepúsculo.
Lo decoré con lo más preciado
Lo decoré con lo más preciado
que
poseía,… se llevaron todo menos a él.
Lo
pinte de grana y oro,
lo
perfumé de gloria magna,
lo
alimenté con agua bendita,
…
¡Nadie lo quiso!
¡Llévenselo
se lo ruego!
Trasládenlo
por piedad,
por mi
suplica constante,
por que
me quieran
un poco
o nada.
No
busco vivir más,
ni
tener menos,
ni
pretender alargar el mañana.
Sólo
deseo librarme de este cardo.
¡No
soporto más su dulzor violado!
No
tengo fuerzas para ahogarlo en sal,
para
envenenarlo de lluvia,
para
sacrificarlo ante el rugiente
sol de
verano de las llanuras andaluzas.
Pese a
todo, un día lo quise.
¡No
puedo matar algo que amé!
¡Llévenselo
se lo ruego!
Aléjelo
de mí por mi bien.
¡Sólo
pido eso!
No
puedo quedarme a su lado un día más.
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