No
se si os a pasado a alguno de vosotros pero cuando todas las puertas se cierran
a tu alrededor y no ves esa ventana de la que todos hablan al ver cerradas las aberturas,
uno empieza a estar harto de depender de los otros y empieza a pensar en un
nuevo reto para uno mismo.
Primero
siempre llega la euforia y creemos que seremos capaces de cualquier cosa que
nos propongamos. Este momento llega con un “subidon”
moral, de ego, de autoestima que se disipa tan pronto como llego. ¿Por qué?
Porque lo primero que tiene que tener uno claro cuando se plantea un nuevo
reto, es tener muy claro en lo que es bueno y en lo que no. De ahí nace la
segunda fase o lo que yo denomino,... un nuevo proyecto.
El
proyecto siempre es ambicioso pero más definido que el reto. Ya sabemos cual es
nuestro mal y cual nuestra virtud. Empezamos a orientarnos, a recabar
información, a ponernos manos a la obra ya sea un proyecto a corto o largo
plazo. Cuando conseguimos algo, por poco que sea, nos sentimos con una fuerza
renovada que nos quitaron todos aquellos entrevistadores que miraban y no veían
nuestro potencial sino que la cola del paro era muy larga, y como la mujer del
chiste que busca lo mejor, de tanto buscar, se queda con NADA.
Más
cuanto todo parece ir en marcha corta y a buen paso, nos asaltan los primeros
miedos: ¿Seré capaz? ¿Podré con lo que me he propuesto? ¿Serviré? ¿Lo
conseguiré? ¿Y si me faltan las fuerzas? Y así hasta un número indefinido de
preguntas que nos van asustando y nos hacen querer cerrar esa semi-obertura que hemos hecho en un
pequeño quicio de una puerta para labrar nuestro nuevo destino.
En
mi caso, no se si en el vuestro, el peor critico que tengo es mi YO interno.
Soy muy dura conmigo misma porque me gusta el trabajo bien hecho y cuando uno
mismo es su propio critico, puede acabar muy mal parado porque lo conoce todo y
todo lo sabe. ¡¡¡ESO ES LO PEOR!!!
Al
final, a veces contra nuestra voluntad, llega una voz cariñosa, siempre una voz
amiga que nos acaba diciendo: “¡No seas tan dura! ¡No te pongas trabas antes de
volar! Tu puedes, eso lo se yo y lo sabemos todos los que te queremos. Si has
llegado hasta aquí tu sola, no temas porque ya nada podrá detenerte. Y no te
preocupes, que yo seguiré a tu lado por si los miedos vuelven a nublar tu
mente”. Entonces, sólo entonces, vuelves a la carga con mas fuerza que la
primera vez y poco a poco, sin prisa pero sin pausa, sigues labrando ese nuevo
futuro. ¡Confías en ti! Y tú sabes que no te vas a defraudar.
MORALEJA: “Quien tiene una
amigo tiene un tesoro”, o eso dicen pero yo iría un poco mas
allá: No hay tesoro, ni botín, ni fuerza mas enérgica que las palabras de ánimo
de un amigo de verdad. ¿Por qué? Porque te conoce como tu mismo con la virtud
de que jamás te hará daño pues tus fallos, para él, no existen cuando de tu
bien se trata. ¡Eso es la amistad! Al menos la que verdaderamente importa.
¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TODOS Y CADA UNO DE MIS
AMIGOS!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario