El cielo, inmóvil, tranquilo, con una luna más que bella
coronando en lo más alto del firmamento.
Hoy el espectáculo anual de la lluvia de estrellas, toma
una nueva dimensión de lindeza pues la lluvia de Perseidas es infinitamente más
espectacular de ver, observar y compartir, si pudiera darse el caso, con
alguien especial.
Esta noche que se precipitan tras la caída del sol, pese a
que la gran luna no se lo pondrá fácil, seguro que podremos disfrutar de un
espectáculo divinamente bello del verano con una noche infinitamente agradable.
Las perseidas, popularmente conocidas como las lágrimas de
San Lorenzo, son una lluvia de meteoros de actividad alta. No es la mayor
lluvia de meteoros, pero sí la más popular y observada en el Hemisferio Norte
debido a que transcurre en agosto, mes de buen tiempo y vacacional por
excelencia.
Según nuestros amigos de Wiki, son meteoros de velocidad
alta aproximadamente de unos 59 km/s que radian de la constelación de
Perseo o Perseus. Por tanto su alta declinación de 58 grados que nos permite su
observación en regiones australes, ya que desde el ecuador alcanza tan sólo los
32° de altura.
Las perseidas son también conocidas con el nombre de
lágrimas de San Lorenzo, porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la
Edad Media y el Renacimiento las perseidas tenían lugar la noche en que se le
recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San
Lorenzo al ser quemado en la hoguera.
El registro más antiguo que se tiene de la actividad de las
perseidas es del año 36 d. C., de los anales históricos chinos donde se cita un
pico de meteoros en esas fechas. Pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo
belga Adolphe Quetelet muestra que se produce una lluvia de meteoros, de forma
cíclica en agosto, con su radiante en Perseo.
El astrónomo Borja Tosar dice que además de la nubosidad
tendremos otro factor en contra para la visión de la lluvia de Perseidas: la
luna. Porque no será una luna normal. El satélite de la Tierra ha optado por
aguar la fiesta a los voyeurs galácticos
y hacerse un 10 % más grande y hasta un 30 % más brillante. Esta superluna
iluminará de más el hemisferio e impedirá contabilizar todas las estrellas
fugaces que veríamos en una noche estándar. La cercanía del astro que rige las
mareas es la causa de que podamos verla en casi todo su esplendor, aunque el
fenómeno chafe a medias la lluvia de estrellas. Pero no todo son desventajas.
Según Borja Tosar, las que veamos «serán las mejores y más potentes» y viajarán
al ralentí.
Si podéis, tanto si trabajáis mañana como si no, hoy es un
buen día para quedarse mirando el cielo y contemplar esta fabulosa danza fugaz
de la naturaleza en todo su esplendor.
El cielo ni quiere ni puede esperar más. ¡Llego la hora de
admirar la grandeza que vive sobre nuestras cabezas!
MORALEJA: Vicente Risco, (1884-1963)
político galleguista conservador, escritor e intelectual español del siglo XX,
miembro de la generación Nós, dijo: “Desde el lugar más reducido del mundo, cualquier hombre
puede contemplar la inmensa grandeza del firmamento”.
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