A veces uno ríe por no llorar y es que hay situaciones en
la vida que o te las tomas así, o te quedarías calva de tanto tirarte de los
pelos.
Cualquier enfermedad que se convierte en pandemia no es
cosas de broma. El Ébola es una enfermedad que ha matado 2.500 personas a lo
largo de su historia. Sin embargo, una gripe común mata al año 250.000
personas.
Mas si el ébola no es para temerle tanto. ¿Por qué se
tomaron tantas medidas de seguridad tanto en el traslado como en el centro
médico Juan Carlos III donde se desalojaron a todos los enfermos de la planta
que fue destinada para el misionero y la hermana que trasladaron de Liberia?
Es lógico que los políticos no quieran la histeria
colectiva se haga presa de nosotros y menos en periodo vacacional (es que,… a
quien se le ocurre fastidiarle las vacaciones a unas personas “TAN ESTRESADAS”
por todo lo que hacen el resto del año, descontando las fiestas tanto de
navidad, semana santa y las de guardar). Pero si verdaderamente no quisieran
que el miedo se apoderara del ciudadano, lo primero que debieron hacer, es no
tomar esas medidas que parecía que en vez de trasladar a un par de enfermos se
estuviera trasladando una bomba nuclear con todas sus consecuencias. Ahora que
no nos digan que nos calmemos pues ellos han sido los primeros que, si
verdaderamente no hay que temer al ébola, los primeros que hubieran tenido que
esperar a pie de pista con las caras descubiertas al propio Miguel Pajares que
para eso ellos habían autorizado el traslado del misionero como labor
humanitaria. Digno y correcto hubiera sido estar ahí, a CARA DESCUBIERTA,
demostrando primero respeto y luego, humanidad. Sin embargo, no dieron la cara,
quizás también por más temores de los que pensamos, hasta que los restos del
primer fallecido en España por el ébola, estaba incinerado. ¿Y luego no hay que
temer? Entonces… ¿A qué tanto esconderse?
El contagio por Ébola se transmite entre humanos por el
contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales
de animales infectados. También tocando directamente heces, orina, sudor,
fluidos sexuales o sangre para estar expuesto a un contagio. Incluso la saliva
contagia el virus. Es decir, que no se contagia por el aire, como por ejemplo el
virus de la gripe.
Pese a que TODOS LOS MÉDICOS SABEN ESTO pues lo han
estudiado en sus carreras de medicina, todos, absolutamente todos los que
estuvieron en contacto con los trasladados, no llevaban sólo mascarillas sino
que iban herméticamente precintados por todos lados para que ni siquiera una
brizna de aire, pudiera tocarles o rozarles. ¿Podemos creerles cuando ellos
mismo fueron los primeros ACOJONADOS con el asunto del ébola que sólo les faltó
pedir el traslado del Hospital donde iban a internarse al sacerdote y a la
hermana para no estar cerca de ellos? ¿Podemos creerles? ¡NO! ¡¡¡NO PODEMOS
CREER NADA!!!
Como no podemos creerles es lógico que cuando se dejaron LA
VENTANA ABIERTA DE LA HABITACIÓN DE LOS ENFERMOS trasladados, el pánico fuera
aún mayor. ¿Y es que a quién se le ocurre tomar tantas medidas de protección y
luego dejarse la jodida ventana abierta?
Desde luego, cada vez que intento confiar más en la
inteligencia humana, veo cosas como estas y me digo: ¡¡¡NO ES QUE SEA INFINITA
LA ESTUPIDEZ HUMANA!!! Lo que es infinito es el grado de diarrea mental que
tiene el ser humano cada vez que hace algo.
¡En fin! HACER TORRES para acabar construyendo casas de
juguetes. ¡Así son todos! Y ninguno sin excepción los que pecan de precavidos y
la cagan en algo tan simple. ¡Que se le va ha hacer!
MORALEJA: Martin Luther King, (1929-1968)
religioso estadounidense, dijo: “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia
sincera y la estupidez concienzuda”.
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