SÉ QUE ME HARÁN DAÑO
Me preguntas por mi rabia,
por mi coraza, por mi espada.
Jamás por el dolor infligido,
por el daño que no cicatriza,
por las llagas ni por las heridas.
¡Es tan fácil no sufrir!
Presentarse como un ser indigno,
con que no cruzarías ni media
palabra.
Un ser despreciable, ignominioso,
que no habla, ofende con la palabra.
¡No siempre fue así!
Hubo una época,
en que todo y todos
tenían ese lugar privilegiado
de la duda para mí.
Ahora ya no.
¡Todos son culpables!
Da igual si los conozco, o no.
Da igual su cortesía,
sus palabras bien dichas,
su honor, su gloria,
su bondad o su cariño.
¡Sé que me herirán!
Buscarán en mí
un mínimo ápice
de debilidad para
matarme desde dentro.
¡Son culpables! Todos lo son.
Muchos de ellos por llegar
demasiado tarde a mi vida,
por dejar que fuera otro
el que consiguiera
desenmascararlos sin ni
siquiera haberlos conocido.
No me culpéis por ser como soy.
¡Me hizo así! Él tiene la culpa.
Buscarle y pedirle
cuentas a él, no a mí.
Yo soy feliz aquí,
en esta tremenda fortaleza
construida a mi alrededor
para no volver a lamentar nada.
No lloro, no sufro, no siento.
Apenas recuerdo ya que era vivir.
¡Mas no lo extraño!
Sin duda nada tan importante
como para salir de aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario