lunes, 25 de agosto de 2014

MISMOS TRAJES CON DISTINTA MEDIDA



En el futbol, como ya comentaba el otro día y más en nuestro país, no todos son iguales y menos ante los ojos de la federación española de este deporte en cuestión.

Todos recordamos, pues una de las imágenes que más se proyectaron, en la temporada 2011-2012 cuando Mourinho se fue para el desaparecido y querido Tito Vilanova y le metió el dedo en el ojo ante la impertérrita mirada de uno de los que luego se llamó el hombre “inmutable”. Al entrenador del Real Madrid, por aquella acción, le cayó un partido de sanción que ni cumplió pues fue indultado por Villar.

El pasado 17 de agosto, en el partido de vuelta de la final de la Supercopa de España, los ánimos estaban a flor de piel y al entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, pues se le fueron unas palmaditas en la nuca del cuarto árbitro. Tras aquello, fue expulsado y se colocó en la grada, tras el banquillo. Una vez se expulsa a un entrenador de un equipo, puede estar donde el público pero jamás cerca del banquillo para no confundir al arbitro. ¡Bueno! Eso es lo que dice la teoría, que de nuevo vamos con el mismo del dedito, que en el segundo partido de sanción que tenía que cumplir por mandar a la mierda a Paradas Romero en el partido de Copa del Rey que el Madrid jugó contra el Murcia en la temporada 2010-2011 se colocó, justamente, detrás del banquillo y NADIE LE DIJO NADA.

Pues bien, al pobre Simeone, de nada le han valido los alegatos que ha hecho y le han caído, ni más y ni menos, que OCHO PARTIDOS DE SANCIÓN. ¿Justo castigo? ¿Exagerado? Echemos un vistazo a las sanciones más duras hasta la fecha:

* Cortizo (Zaragoza) le cayeron la friolera de 24 partidos de sanción. El lateral fue castigado por una entrada que partió la tibia de Collar, del Atlético de Madrid, en un partido de la Liga de 1964.

* Ceballos (Racing) con 12 partidos de sanción. El portero fue sancionado con 12 encuentros al considerarse agresión a Prados García un leve toque por el que el colegiado se desplomó en el suelo.

* Mono Burgos (Mallorca) le sigue con 11 partidos de sanción. El actual segundo entrenador del Atlético de Madrid, por entonces en el Mallorca, propinó un puñetazo al extremo del Espanyol Manolo Serrano.

* Pepe (Real Madrid) le cayeron 10 partidos de sanción. El central sancionado con diez partidos por patear al jugador del Getafe Casquero.

* Stoichkov (Barcelona) fueron seis meses de sanción. Aunque después se le rebajó a dos meses, fue de seis la sanción inicial al búlgaro por pisar al árbitro Urizar Azpitarte durante un partido de la Supercopa de España entre el Barcelona y el Real Madrid.

* Migueli, Clos, Sarabia De Andrés, Maradona y Goikoetxea les tocaron tres meses de sanción. Ese fue el castigo tras los incidentes de la final de Copa de 1984 entre el Athletic y el Barcelona, durante la que protagonizaron una fuerte pelea.

Los árbitros no son los malos. ¡Eso lo sé muy bien! Normalmente están más expuesto que protegidos ante todos (jugadores, entrenadores, aficionados,…). Pero tampoco podemos obviar, que en cuestión de colores, tanto a ellos como a los de la FEF, se le ve de un milla de distancian los que llevan en el corazón (cuando como sancionan, de forma a veces un tanto desmesurada, en concordancia con el dolor causado por la derrota de su equipo).

En cuestiones de cara y cruz, al lanzar la moneda, está claro que sólo hay dos opciones. En cuestiones de saber como ser justo está claro que cuando el fútbol está de por medio, la cara o la cruz cae del mismo lado y siempre perjudica, como no, a los que no tienen tanto apoyo logístico en puestos estratégicos. ¡Una lástima!

MORALEJA: Hoy me quedo con una fase de un querido entrenador para mí. Manolo Preciado dijo una vez: “Ni antes no éramos la última mierda que cagó Pilatos, ni ahora somos la hostia”. ¡Una frase perfecta! No del gusto de todos y puedo admitirlo, pero más razón que un santo, como se suele decir. ¡Bravo!

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