YO, TÚ,… ELLOS
Yo abro mi mundo a tus ojos,
te muestro mi vida paso a paso,
sin desconfianza, sin reservas,
sin pautas previas establecidas.
Tú cierras al entrar para
que nadie mas forme parte.
Yo uno los puntos,
esbozos sin miedo
un montón de miradas
que se cruzan, me sonríen,
me invitan a ser feliz.
Tú partes por la mitad
mis dibujos cuando nadie te ve.
Luego, con los trozos a tus pies,
te pido responsables.
¡Nunca los vistes!
¡Nunca llegas a tiempo
de enmendar un destrozo!
Yo conecto poco a poco
con lo que me rodea,
intento formar parte,
relacionarme, dejarme llevar
si el guión invisible lo prescribe.
Tú separas a los que se acercan
con excusas cada vez más incrédulas
(uno porque es latino ardiente,
otro porque sólo busca algo
que sólo existe en tu mente,
el otro ni siquiera es digno de que
yo le hable sólo por ser tu hermano).
Yo acerco nuestras palabras
a los ojos de los extraños,
pues no temo nada.
No hay nada más hermoso
que la amistad,
entre tu y yo,
hombre y mujer,
sin mas ni mas,
sin terceras visiones confusas.
El cariño, el amor, el respeto
siempre por bandera.
Tú apartas lo bello para
confundirlo con pasiones
que sólo existen en tu oníro.
Deja de justificar tus celos
con silencios penosos,
con largos aguardos,
para cohibirte,
reprimiendo siempre
la irracionalidad animal
que habita en ti,
para luego mostrarte
como no eres.
Una vez terminó todo.
Logramos revivirlo una vez más.
Si muere esta vez,… lo enterraré
perpetuamente y no habrá marcha atrás.
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