Ser
la mayor o el mayor de la familia no siempre es bueno. Hubo una época que el
primero, si era varón, era el heredero de la casa. Pero si era chica no recibía
ese mismo trato.
En
otras familias, sobretodo en aquellas españolas de antes de la ofensiva, de
durante la batalla y durante la postguerra, que eran muy numerosas y donde los
hermanos mayores, con apenas poco años, ya te tenía que encargar de los mas
pequeños.
Esos
niños que tuvieron que ser grandes antes de tiempo, no tuvieron una mala
infancia pero no fueron niños del todo. Fueron personitas mayores de pocos
años. Pronto aprendieron a cambiar pañales, a dar la leche, a ayudar a caminar,
a barrer, a fregar, a limpiar, a guisar,… No había tiempo que perder y ellos,…
lo aprendieron pronto, demasiado pronto.
Sobre
estos pequeños “grandes” los países desarrollados cuentan con menos casos ahora
en el siglo XXI, pero entre los países pobres, son muchos niños aún lo que
saben lo que es encargarse de sus hermanos y lo que es trabajar a una corta
edad. No tienen una infancia mala, nos decimos a nosotros mismos que hemos
visto en nuestros padres o en nuestras familias este tipo de comportamiento de
ser mayores antes de tiempo. Pero no nos olvidamos que no es que no tengan una
mala infancia, sino que la palabra infancia dura para ellos tan poco, que ni
siquiera saben cual es su significado.
Cuando
vemos a un mayor haciendo el ganso con los críos, jamás nos planteamos que si
forma parte de esos angelitos que no pudieron ser pequeños. Suelen tener una
conexión especial con ellos y a la vez son criticados por los mayores que no
comprende que personas de veintitantos o trentaitantos o cuarentaitantos tengas
comportamientos que ellos consideran “infantiles”. Ninguno de ellos se platean
que, por algún motivo, es ese su tiempo de ser traviesos. Todos consideran que
no es tiempo a su edad de esa forma de actuar pero no nos confundamos: ellos no
niegan la edad que tienen (son como niños pero saben que no son niños) sino que
al estar entre esos locos bajitos, disfrutan tanto y se lo pasan tan y tan bien
que sólo se dejan llevar. ¿Es tan malo disfrutar de la vida junto a alguien que
la esta descubriendo poco a poco como son los peques? Yo, sinceramente, creo
que no, así que seguiré riendo con ellos, disfrutando con ellos, jugando con
ellos como si fuera una de ellos eso si,… con unos cuantos años más.
Jugar
con los chiquillos siendo uno de ellos no es malo. Lo horrible es creerse que
alguien así no puede hacerse cargo de una situación que requiera ser adulto.
Son los adultos los que pierden el norte al hacerse grandes y creerse
superiores a todos. Los verdaderos adultos saben muy bien cual es su sitio pese
a que a veces se comporten como crío.
MORALEJA:
Otra frase celebre también hoy como gran final:
“Los niños necesitan
modelos
más que críticos”.
Joseph Joubert
más que críticos”.
Joseph Joubert
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