En
el lenguaje cuotidiano utilizamos un sinfín de frases sencillas pero que pueden
llevar, sin la menor duda, a conceptos equivocados.
Pongamos
un ejemplo sencillo:
“Me
va a hacer un bocadillo”: Vale,… parece una frase normal y correcta y lo es.
Pero dicha de esa manera a mí por ejemplo me da por preguntar. ¿Y tú que eres?
¿El pan? ¿La lechuga? ¿El queso? ¿O el jamón de York? Aunque claro, depende que
como te guste el bocadillo, sólo un par de ingredientes y pan no son
suficientes. ¿Está todo el mundo preparado para la ingesta de un sándwich extra
doble con pepperoni? Sinceramente creo que no. A muchos uno simple con queso ya
es un exceso sobretodo, en el peor de los sentidos imaginados.
“¿Qué
desea?”: Es una frase muy utilizada por dependientas y dependientes,
charcuteras y charcuteros, verduleras y verduleros,… Es algo fácil y la
respuesta es simple pero yo cuando oigo esa pregunta pienso,… ¿Serán genios de
la lámpara reencarnados? Y a la vez, cuando pido lo que necesito y necesito mas
de tres cosas, me da miedo que me digan,… ¡Lo siento! Sus tres deseos ya se han
consumido. Es decir, si quiero preparar una macedonia de frutas tengo que pedir
manzanas, peras, naranjas pero ya el plátano,… no me lo darán. O peor aún,
quiero hacer caldo y necesito ternera, pollo, costilla de cerdo,… ¿Y los
huesos? ¿No me los van a dar por pedirlos en cuarto lugar? Además que yo por
ejemplo que pongo la carcasa del pollo y huesos blancos o de jamón. ¿Dejarían
estos duendes reencarnados un caldo sin su esencia prima?
“¡Vayamos
al grano!”: En una reunión es ir al meollo de la cuestión a tratar pero. ¿Y si
la dijera un dermatólogo? No significa lo mismo. ¿Verdad?
“Liga
bien”: Esta frase siempre que causa risa porque,… ¿Cómo se puede ligar bien a
no ser que sea una salsa? Me imagino una madre cuando su hijo llega a casa a
las cinco de la mañana de juerga, con cara de resaca y sin chupetón, y ella, lo
hace sentar en la silla del comedor de casa y explicándole de forma dura, como
ligar bien con una chica para que el hijo, después de una hora de charla,
responda: “Mama, soy gay. Me gustan los hombre”. Y la madre responda indignada: “¿Y eso es
excusa para que no sepas Ligar bien? ¿Es que eres tan torpe que no te entiendes
ni con los de tu propio sexo? ¡Te pareces a tu padre! El tampoco sabía ligar
bien y si no fuera porque mi padre le obligó a casarse conmigo, aún seguiría
haciendo el bobo por las calles del pueblo. ¡Eres como él! ¡¡¡Un tonto a las
diez!!!”.
“¡Eres
un tonto a las diez!”: Esto si que me ha costado siempre entenderlo. ¿Por qué
no un tonto a las doce y media? ¿O un tonto a las tres menos cuarto? Y lo peor
de todo. ¿Un tonto a las diez de la mañana? ¿O a las diez de la noche? ¿Quién
sería más tonto? ¿El de la mañana por madrugador tardío? ¿O el de la noche por
ser un prematuro noctámbulo?
Estas
frases son solo una muestra de lo que digo. También hay esas con doble sentido
como: A mi me gusta todo bien caliente
(refiriéndose a la sopa, a la carne, al pescado, a la mujer o al hombre), Como casa en ninguna parte (refiriéndose
a la sopa, a la carne, al pescado pero NO a la mujer o al hombre) o Me gusta por arriba y por abajo
(refiriéndose a la mujer y al hombre pero jamás a la sopa, a la carne o al
pescado).
MORALEJA: Lo bueno es que las frases que más se nos quedan
siempre en la mente es las de hombres ilustres como estas:
· “Estoy rodeado de animales” Noe.
· “Eres la única mujer en mi vida” Adán.
· “Mi esposa tiene un gran físico” Albert
Einstein.
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