Martes, 7
de enero de 2014
Querido Rupert,
¿Qué tal? ¿Cómo
va todo? Para mí el año ha empezado muy mal. He empezado a trabajar (cosa buena
por otra parte pues necesitaba sentirme activa) en un hotel y ayer conocí a mi
superior (es hombre con cuarenta y muchos, sensual, atractivo, castaño pintado
con canas, alto, fuerte pero no musculado con una sensación enigmática
destilando por cada poro de su piel).
Jamás me había
sentido atraída por nadie del trabajo y esta nueva sensación,… me provoca
ardores muy internos que cada vez puedo contener menos. Cuando pasa su aroma
queda impregnado en el aire (eso me vuelve completamente salvaje y sin saberlo
él, me siento dispuesta a todo lo que me pidiera en ese mismo instante).
Se que sólo hace
un día y que apenas se nada de él pero esta noche,… tuve sueños muy calientes
con él.
Soñé que entraba
en el baño de mujeres justo cuando entré para refrescarme. Soñé que me
empotraba salvajemente contra la pica del agua y frente al espejo, empezaba a
besarme el cuello mientras me miraba a los ojos con nuestros reflejos (sus ojos
marrón oscuro intenso, penetrantes, que hacen que me tiemble hasta los
instintos mas primarios). Sus manos se apoderaban de mis pechos con fuerza
mientras yo no podía dejar de gemir de placer. De golpe me levantó la falda, oí
su cremallera bajarse de forma precipitada, me arrancó mis braguitas y sentí su
sexo penetrándome fuertemente. Con cada movimiento brutal pélvico yo no podía
contener mis orgasmos, mis gritos de placer y deseaba que no parara, que
siguiera más y más, más fuerte.
Sonó el
despertador y estaba empapada. Toda yo era una balsa increíblemente húmeda de
sudor (estaba lubricada hasta la extenuación).
Hoy he ido a
trabajar y lo primero que he visto ha sido a él. Todo el sueño se me ha venido
de golpe a la mente y mi cuerpo entero, sin tocarme apenas, se ha estremecido
en un orgasmo increíble (ojalá supiera que existo e hiciera mis sueños
realidad).
Un beso amigo y
espero que quedemos pronto para tomar un café,
SIRRAH
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