Cada vez que te noto a mi espalda y siento
como por tu respiración tu rostro se aproxima al mío con cierta impaciencia, tu
lengua irrumpe de improvisto y comienza a rastrear las cavidades de mi boca,
llegando hasta cada rincón de la manera mas inverosímil y estimulante, al menos
para mi lo es, posas tus manos de manera firme sujetando mis caderas mientras
mi ritmo cardiaco comienza a acelerarse a la vez que estas suben bordeando mi
cintura, trepando hábiles hasta mis pechos que una vez conquistados son
oprimidos cuidadosamente por cada uno de tus dedos morenos y largos que
desabrochan los botones de mi blusa y eliminan las barreras que existen entre
mis pezones y ellos, la dureza de mis senos al contacto con tu piel, la
sequedad de mi boca incapaz de emitir el menor de los sonidos a través de mis
labios entreabiertos, tu pecho pegado a mi espalda como si de dos siameses se
tratase sin dejar ni un centímetro el uno del otro sin contacto y bajando tus
manos por mi vientre en dirección a la falda, que con un leve movimiento será
levantada mostrando mi ropa interior, sin que sea inconveniente para que tus
dedos la aparten de manera decidida para llegar a mi sexo que se contrae por la
proximidad que presiente y ansia, la humedad que crece por segundos reclamando
ser atendida de manera inmediata, es entonces cuando lo acaricias sabiendo en
donde has de pararte, en donde mostrar mas afán, por donde llevar el deseo para
que sea aun mayor hasta que tus dedos dejen de ser suficiente para mí y pueda
articular una frase, o quizás, solo sea una palabra lo bastante clara, lo
bastante precisa que no sea necesario que vaya acompañada de nada más, pues tu
sabrás que significa, procediendo a eliminar mi ropa interior rápidamente ya
que el deseo comienza a tener vida propia y anula cualquier posible
contratiempo que pueda surgir desde la razón, ya todo es acelerado, la dureza
de tu sexo que ha estado esperando pacientemente el momento de realizar su
papel, entrando de manera directa, deslizándose ayudado por la humedad del mío
que lo llama y que lo guía para que el placer sea compartido por ambos, el
tiempo pasa deprisa, estamos los dos concentrados en el ritmo de las nuestras
caderas, las sensaciones y el objetivo prioritario, el placer por encima de
cualquier otra cosa, de cualquier otro motivo, de cualquier otra atención que
merezca la pena en este momento, lo ansiamos, pero intentamos dilatar su
duración hasta que nos es imposible y llegamos a conseguirlo de una sola
sacudida, a dúo, pegados ahora si aun más por los fluidos y las
palpitaciones....entonces tu espalda y tú os separáis de mí y he de volver a
poner mi ropa en su lugar e intentar recuperar el aliento perdido....para
incorporarme de nuevo al trabajo, sin que nadie note por mi aspecto o expresión
que es lo que ha ocurrido realmente en el cuarto de las fotocopias.
Buenisimo . Lo disfrute a mil . Gracias por el fuego .
ResponderEliminar¡Gracias Alicia! Vuestros comentarios me hacen seguir adelante con este proyecto.
Eliminar¡¡¡Sigue disfrutando cada martes de mis relatos!!! Y si lo deseas, cada día de mi blog.