Jamás
una palabra me inspiró menos confianza que la palabra AMBICIOSO. Cuando me
pongo a buscar sus sinónimos la desconfianza es plena al leer adjetivos como
CODICIOSO, ANSIOSO, DESEOSO, INSACIABLE, INTRIGANTE, CALCULADOR.
Que
un padre con mucho poder heredado
tras cuarenta años de opresión, necesita recobrar de su pueblo la confianza eso
es un hecho. Desde que empezó a tramarse la huida de una de su hija con su
esposo y sus hijos, lejos de donde habían vivido siempre porque tanta CODICIA
MARITAL estaba saliendo a la vista de muchos a los que el poder y el dinero
jamás podía controlar, desde ese momento, ese padre, por salvar a uno perdió la
confianza de muchos. Ese fue el instante debería haber elegido para hacer de
mediador, de arbitro e intentar plasmar antes sus “súbditos” todas su ambición,
no sólo como regente sino como hombre preocupado por su pueblo. Sin embargo ha
elegido hoy cuando su reputación esta por los suelos, cuando el recuerdo de que
fue a matar a elefantes cuando la población pasaba necesidad, cuando se han
descubierto las máscaras que cubrían los delitos que posiblemente, jamás hará
cumplir a su yerno, cuando su reinado ya ni nos gusta y casi preferimos no
tenerlo ni él ni a nadie de su familia. ¡ES DEMASIADO TARDE SEÑOR! Como persona
ya no tiene credibilidad y como mandatario, embajador o el nombre que decida
ponerse ahora para volver a conseguir algo impensable como es de nuevo la
confianza de todos, deja mucho que desear. El problema demasiados desahucios
tardes, demasiadas muertes tarde, demasiadas palabras gastadas que ya han
dejado de tener sentido para los que nada tenemos o nos ha dejado tener.
Si
nuestro futuro tiene que estar fundado en AMBICIOSOS,
CODICIOSOS, ANSIOSO, CALCULADOS PROYECTOS,… ¿Dónde está la solución para
conseguir la confianza deseada? Yo sólo vuelvo a ver mas palabras, mas
parafernalia cuando lo mas fácil sería devolver al pueblo todos sus derechos
constitucionales (casa digna, trabajo digno, vida digan con sanidad, escuelas,
medicamentos (que sean pagados por el estado y no farmacias a las que adeudan
ya ni se sabe cuanto), instituciones para personas con discapacidad, centros de
día para ancianos sin recursos, comedores sociales para indigentes,…). Eso no
pasa por una mesa y menos hablando con este y con aquel. Esto empieza por poner
a cada cual en su sitio, por eliminar de una vez y para siempre, esas pensiones
vitalicias de los expresidentes, de los exministros. Eso se consigue aplicando
esa Constitución donde juran ante usted su cargo todos y cada uno de ellos, y
que luego todos se encargan, una y mil veces, de incumplir día, tras día, tras
día.
El
momento llega demasiado tarde y otra vez, sin nada con ninguna base lo
suficientemente sólida como para que se tenga fe o esperanza ni siquiera en los
actos nimios e insignificantes retransmitidos por la televisión de su persona.
¡Ya no nos creemos nada! El ruido de nuestras tripas, el frío de nuestros
cuerpos, la sed de nuestras familias, la necesidad de lo básico, nos ha dejado
insensibilizados todos los sentidos imaginables y los inimaginables también. Si
busca cordialidad o retorna la seguridad que le otorgaba el tener al pueblo de
su lado, eso no lo va encontrar en más de dos millones de familias a las que ha
dejado sin menos que nada.
MORALEJA: Tres frases para usted, majestad, para que le ayuden
a encontrar su camino que otra vez,… va errado en tiempo, en forma, en destino:
“Los Estados, para la diplomacia, no son los pueblos, sino los reyes que
los dirigen o los esclavizan”. (Juan Donoso Cortés)
“Así como la demasiada autoridad corrompe a los reyes, así el lujo
emponzoña toda una nación”. (Fénelon)
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