Francia, España y ahora Alemania. Sin lugar a dudas Europa
está en el punto de mira del Estado Islámico. ¿De qué delito se les acusa? A
Francia y a Alemania de ir contra Mahoma, al publicar unas caricaturas sobre el
Profeta. Para España los reproches son muchos, pero como siempre, sin un
sentido lógico de la cordialidad y la paz entre los pueblos.
El humor no debería ser un motivo para matar. Quizás no se
entienda la forma de tratar la sátira tantos con unos como con otros. Sin
embargo este no es un motivo justificable para que unos crean tener la
supremacía de lo absoluto a tiros.
¡No existe la verdad suprema! Ni los absolutismo y menos en
cuestiones de fe o religión. ¿Por qué entonces se nos está obligando a agachar
la cabeza para pasar por el aro cuando la mayoría de nosotros no creemos en
ninguna religión? Que no seamos personas de fe no significa, para nada, que no
comprendamos o lleguemos a entender que hay personas que necesitan creer en
algo, por muy absurdo que esto sea, para sentir que su paso por la vida no es
insignificantemente absurdo.
Sin embargo en las cabezas de mentes pequeñas no cabe la
verdad más absoluta de este mundo: el respeto a la humanidad, a la vida, debe
de estar por encima de cualquier acto que pudiera ser reprochable, simplemente
porque cuando esta termina, de forma natural o no, ya no queda nada.
Muchos son los que piensan que cuando una persona mata,
asesina, su alma se rompe de tal manera que no puede volver a estar entera
nunca jamás. Pese a ser personas de fe, las que esta última semana han acabado
con la vida de doce personas y herido a otras tantas, piensan que ellos
trascenderán más allá ese acto de una bajeza humana y religiosa suprema.
No hay cielo más bello que el poder estar con alguien a que
amas y te corresponda indistintamente si ese amor es de pareja, de amigo o
familiar.
El peor infierno, el jamás imaginado por nadie, es tener
que vivir asustados por una panda de fanáticos que desean IMPONERNOS SU FORMA
DE PENSAR a golpes terroristas.
¡No hay cabida para el temor! La palabra tiene que ser
libre, el hombre tiene que ser libre, el pensamiento tiene que ser libre y la
religión debe de ser una elección personal sin más ni más.
No traten de vengarse de los que somos libres. Traten de
imaginar que destino les queda a sus almas inmortales tras haber sacrificado a
personas, solamente, por su forma de pensar. ¡No hay paraíso para los asesinos!
MORALEJA: Norm Coleman, político
estadounidense, dijo: “No olvidemos nunca que el terrorismo es, en el fondo, en
su naturaleza maligna, una guerra psicológica”. No dejemos que nos venzan y menos
cuando lo único que anhelamos nosotros para todos ellos, es que comprendan que
no se puede obligar a la humanidad a parecerse a ellos. ¡No al odio! ¡No a la
opresión! ¡No a forzar la convicción humana! Sí a la libertad de expresión.
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