SONRISA PINTADA
Allí estaba con tiza dibujada.
Una visión clara de lo
que mi alma ocultaba.
El reflejo imperecedero
de lo que por dentro marchita.
Una sombra de un
te
quiero perdido.
El cobijo de un llanto
mitigado por el viento.
De nada sirve ya soñar.
Sobre el ladrillo dibujada,
sin poder aspirar más.
Su tinta blanca
es la puerta y la salida.
¿Quién amará jamás a una pared?
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