Sea un acto noble el funeral de uno de ellos, tengo que
reconocer que no son santo de mi devoción y menos el hecho de enmarcar un
entierro desde todos los ángulos posibles. El dolor, el padecimiento de una
familia, no debería estar en portada, no debería ser noticia, no cuando se
busca la foto más dramática para demostrar quien sufre más con la muerte de un
ser querido.
Sin embargo, en cuestión de relatar estos actos de forma
escrita, verdaderamente la calidad es mucho más impresionante y por eso, merece
la pena leer aquí y allí como una persona que pocos creíamos que aportaba poco
o casi nada a la comunidad, era un referente a la que no sólo querían sus
familiares y amigos, sino que era querida a un nivel que raya lo imposible en
un país donde la riqueza es sinónimo de mentira, engaño, malversación,…
María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva,
también conocida como Cayetana de Alba o Duquesa de Alba falleció el pasado 20
de noviembre en el Palacio de las Dueñas, en Sevilla.
Cayetana de Alba era la aristócrata que más títulos poseía,
cuarenta y nueve para ser exactos, entre ellos Duque de Berwick (con Grandeza
de España), Duque de Liria y Jérica (Grandeza), Conde-duque de Olivares
(Grandeza), Marqués de El Carpio (Grandeza), Conde de Lemos (Grandeza), Conde
de Lerín y condestable de Navarra y Eibar (Grandeza), Conde de Miranda del
Castañar (Grandeza), Conde de Monterrey (Grandeza), Conde de Osorno (Grandeza),
Marqués de La Algaba, Marqués de Barcarrota, Marqués de Castañeda, Marqués de
Coria, Marqués de Eliche, Marqués de Mirallo, Marqués de la Mota, Marqués de
Moya, Marqués de Osera, Marqués de San Leonardo, Marqués de Sarriá, Marqués de
Tarazona, Marqués de Valdunquillo, Marqués de Villanueva del Fresno, Marqués de
Villanueva del Río, Conde de Villalba, Conde de San Esteban de Gormaz, Conde de
Santa Cruz de la Sierra, Conde de Andrade, Conde de Ayala, Conde de Casarrubios
del Monte, Conde de Fuentes de Valdepero, Conde de Fuentidueña, Conde de Galve,
Conde de Gelves, Vizconde de la Calzada.
Mas bajo esos títulos de nobleza adquiridos por nacimiento,
la duquesa formó siempre parte de aquellas personas más unidas al pueblo que
otros menos ilustres y nobles que ella. Acto de la virtud de que la honraba, es
el hecho de que sus cenizas descansaran en una capilla de la iglesia los
Gitanos como era su deseo.
Mujer perseguida por los medios de comunicación, madre,
esposa, abuela, suegra, teniendo que ver tanto la vida de ella como la de sus
hijos siempre cuestionada, consiguió por su temperamento y vitalidad, estar a
la altura tanto dentro como fuera de su papel como Duquesa de Alba.
Muchas son las personas han llorado su muerte, no sólo de
las “altas” esferas sociales sino gente corriente que la apreciaba y la quería
más allá del dinero que poseía.
Y es que, aunque en un país donde la cultura del “malversación”
está tan arraigada que da asco, a una persona no se la mide por lo que tiene o
posee. A una persona se la quiere incondicionalmente, pese a lo que tenga
siempre que como, Doña Cayetana, tenga un corazón que supere, con creces, sus
títulos nobiliarios que eran, como ya hemos dicho, muchos.
¡Descanse en paz Duquesa!
MORALEJA: Rosa Montero dijo “La verdadera nobleza
es caminar toda la vida con pasos que salen del corazón; que tus actos estén de
acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto”.
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