¿Qué es el exhibicionismo? Los exhibicionistas atraen
rápidamente la atención del público.
El exhibicionismo (del latín exhibere, "mostrar") o apodysofilia es la inclinación de un individuo a exponerse en
público de forma espontánea y excesiva. El término también refiere especifica y
más convencionalmente a la conducta o perversión de mostrar los órganos
sexuales y órganos considerados como partes íntimas como los genitales,
glúteos, torso y pechos, a otras personas.(Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Exhibicionismo).
Yo creía que en la actualidad, a alguien como yo, eso de
que alguien se le exhibiera con las vergüenzas al aire era como si te toca la
lotería: ¡ALGO IMPOSIBLE! Pues en cuestión de dos meses, que se dice pronto, me
ha tocado la lotería, la peor lotería del mundo. ¿Cómo es eso? ¿Cómo puede ser
que te toque la lotería y sea algo malo? Pues os cuento: hace cuestión de dos
meses, mi vecina y yo a dar un paseo juntas (ella va en silla de ruedas y yo la
llevaba). Al llegar de vuelta a su casa, fui a buscar a su marido al patio y me
lo encuentro con el asunto fuera de la madriguera. Algo pequeño, arrugado,
acusador y sobretodo,… algo nada agradable (no me asusta el sexo masculino.
¡Para nada! Pero cuando en vez de mirarte algo grande, jugoso y que incite a
pensamiento lascivo, te apunta un gusanito cuellicorto que parece tener más de
diez mil siglos y medio y con pinta más bien,… rara como que mejor salir
corriendo o darse la vuelta muy deprisa como aparentar que nada ha pasado). Ese
mismo día, cuando había pasado una hora larga de esa lamentable anécdota
graciosa contada y asquerosa vivida, el mismo hombre mea en el lavabo de su casa
con la puerta abierta que está justo entre la cocina y el comedor (dos de las
arterias de una casa de paso). Yo pensé,… ¿Nos hemos vuelto locos o que? ¿Cómo
deja una persona la puerta del cuarto de baño abierta ni que sea para lavarse
las manos? ¿Qué está buscando? ¿Y para que? Ese día puedo aseguraros que se me
pasó de todo por la cabeza. Un hombre de ochenta y dos años exhibiéndose. ¡No
daba crédito! Y más cuando fue por partida doble.
En fin, cuando empezaba a olvidarme de tan trágico suceso,
al ir al baño en un hospital me encuentro a un hombre de ochenta y muchos en el
baño de mujeres con la minga fuera. ¡PREMIO! Cuando ya me había recuperado otra
vez una más arrugada, mas pequeña y mucho mas acusadora. ¿Pero que le pasa a
los hombres? ¿Es cumplir los ochenta y sólo queremos enseñarla porque ni con un
silo de viagra se nos pondría tiesa y durita? ¡¡¡POR EL AMOR DE DÍOS!!! Los
penes no son bellos a la vista, todo hay que decirlo, pero puesto a elegir
mejor uno que parezca un pene y no la cría de una marsopa calva y encogidita
toda.
Insinuar forma parte de la seducción y para eso no hay edad
o no debería haberla. ¡Forma parte del juego! Pero si pasamos a sacarla porque
si, manosearla y mostrarla sin un propósito en concreto a diestro y siniestro
la práctica hace lamentar no tener la rapidez del corre caminos para haber
gritado BIP-BIP y haber dejado tras de una misma, una ráfaga infinita de polvo
levantándose del suelo tras esa horripilante y traumática visión de nada, de
tamaño diminutamente diminuto y cubierto de piel arrugada sobre más piel
arrugada sobre infinita piel arrugada.
Lo peor es que el dicho dice: ¡NO HAY DOS SIN TRES! ¿Quién
será el próximo que se exhiba ante mí? ¡¡¡YA EMPIEZO A TEMBLAR!!!
MORALEJA: Para acabar una frase célebre del
Dr. Oscar Espino “El doctor del sexo” tomada del libro “El Buen Sexo” (2010): “Usted aprecia la
belleza de La Maja Desnuda de Goya sin lograr una erección, pero otra historia
sería si tuviera en frente de sus ojos a la mera Maja en carne y hueso. Porque
la pintura huele a aguarrás y la celeste carne de la mujer huele a feromonas.” Pero yo no soy ni la Maja ni la mujer del cuadro así
que… ¡¡¡BASTA YA DE HOMBRES DE OCHENTA Y TANTOS CON PENES FLÁCIDOS POR FAVOR!!!
Ahora, tal y como estoy con estas dos acusaciones peneanas, ni ver la de un joven vigoroso, enérgico y bien dotado,
conseguiría arrebatarme ni siquiera una mirada de asombro. ¡Mucho trauma!
Pocas,… nueces.
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