Hay un miedo innato en el ser humano. La muerte, una
consecuencia lógica que llega simplemente por estar vivo, acecha tras cada
esquina, tras cada curva, tras cada paso dado para bien o para mal.
Además nunca pensamos que algo que simplemente podría pasar
por una simple eventualidad es eso,… una triste e inaudita casualidad.
Hace algunos días el papa Francisco liberó a dos “palomas
de la paz” en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para animar a los
ucranianos, sumergidos en un conflicto interno. Las dos palomas fueron atacadas
por una gaviota y un cuervo quedando desplumadas y maltrechas. Para muchos esa
fue una señal apocalíptica, un nefasto augurio para los compatriotas de
Ucrania.
¿Qué sabemos de las gaviotas? Pues las gaviotas son aves
muy territoriales y defienden su espacio con suma precaución. Son capaces de
atacar, en cuestión de territorio, tanto a seres humanos como animales.
Son consideradas sagradas por los mormones a los que en
1848 liberaron de una plaga de insectos que afectaba sus cosechas. Ellas fueron
consideradas divinas por el hecho de venir a proteger sus frutos.
¿Por qué entonces tenían que ser consideradas un mal
augurio? ¿No podrían estar, simplemente, protegiendo su espacio?
¿Y de los cuervos? ¿Qué sabemos de los cuervos? El cuervo
es un ave simbólica que ha estado vinculada en multitud de ocasiones con el
mal, el demonio y la oscuridad por ser el ave número XIII. Pero el cuervo según
la mitología griega y romana, era símbolo del futuro. Es más, en la cultura
nórdica es la que más ha idolatrado a este personaje (el dios Odín llevaba uno
en cada hombro, como símbolos del pensamiento y la memoria en alusión a su
inteligencia). Además en el budismo, el cuervo es símbolo de protección.
Después de todo lo explicado,… ¿Se podría considerar que el
cuervo al atacar a la paloma fuera un mal presagio? ¿O podría considerarse como
una forma también de marcar su territorio?
E incluso, rizando mucho el rizo, hay una clase de gaviota,
llamada gaviota de la lava que se ha adaptado para habitar en regiones
volcánicas y su plumaje es completamente negro. ¿Y si lo que trataban era una
señal de futuro? ¿Una premonición advirtiendo que había prioridad de catástrofe
cercana? La gaviota era blanca y el cuervo, con su tono negro (fusionando así
los colores de la gaviota de la lava), lo que nos estaban tratando de avisar
era sobre la inminente erupción el volcán Sinabung, en Indonesia. ¿No es igual
de rocambolesca esta suposición como pensar en el mal destino de una nación?
Ojala, y lo digo de veras, supiéramos interpretar las
señales que nos da la vida en cuestión de guiar nuestros pasos. Veinticinco mil
personas han tenido que ser evacuadas por la erupción del volcán Sinabung en
Indonesia y las perdidas humanas son ya catorce. Si pudiéramos evitar una
muerte previniendo, observando y analizando, sería algo inmensamente bueno para
toda la humanidad. Ahora bien, el considerar un ataque entre aves un mal
presagio para un país en crisis es, según la teoría de la atracción, tan de
moda últimamente, el condenar con nuestros pensamientos a unos vecinos cercanos
que lo están pasando francamente muy mal.
¡Aprendamos a pensar en positivo! Aprendamos a atraer hacia
todos sin excepción, las buenas cosas de la vida.
MORALEJA: Francis Bacon (1561 - 1626),
célebre filósofo, político, abogado y escritor, dijo: “He meditado a menudo
sobre la muerte y encuentro que es el menor de todos los
males”.
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