¡LO INTENTÉ!
¡Lo intenté!
Durante dos años
no tuve nada mío,
todo fue para ella.
Mis peores horas,
mis amargos minutos,
mis pésimos segundos
se acababan tras pasar sus puertas
(en su pequeño mundo
no debía existir nada horrible).
¡Lo intenté!
Mi corazón lo sabe,
las lágrimas derramadas
millones de veces
lo corroboraron infinitamente
mientras volvía a casa.
¡Lo intenté!
Mas fui la única que lo hizo.
Ni sus hijas, ni su esposo, ni su familia.
Para ellas no era nada.
Buscaban lo fácil,
que no hiciera mucho ruido,
que muriera sin molestar mucho.
¡Yo no la quería así!
La quería viva, vital, alegre.
¡Lo intenté!
Ya no volveré a verla.
¡Lo intenté!
Mi alma muere
lentamente sin su amor.
¡Lo intenté!
Y ya no me queda nada.
¡Lo intenté!
Pero no conseguí nada.
¡Lo intenté!
Y la perdí.
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