Como si de una venta de
esclavos se tratara al más puro al estilo Greco Romano, con apenas telas que
cubrían sus vergüenzas, así posaron las azafatas en el Tour
de Flandes Diamond en el final de etapa cuando. Al terminar la carrera en
Nijlen, ante los expectantes ojos de los participantes y aficionados, las
azafatas fueron exhibidas con unos bikinis delante del pódium de los
galardonados como si estuvieran a la venta.
Los organizadores han
tenido que pedir disculpas por haber presentado a las azafatas en traje de
baño, intentado así cubrirse las espaldas ante la revolución causada por la
fotografía del periodista holandés Marijn de Vries tras su publicación en las
redes sociales a través de Twitter.
En la penúltima etapa de la
Copa de Lotto de 2015 el ganador fue el ciclista de Honda Wiggle Jolien
d´Hoore. Por desgracia, dicha carrera pasará a la historia de las imágenes por
la lamentable puesta en escena de cuatro doncellas en bikini que se captó, para
horror de todas las mujeres, al final de la jornada con una instantánea para
hacer bien visible el acto de degradación humana al que estamos llegando.
Desde la página oficial de
Twitter de la Copa Ciclista de Lotto, también se ha pedido disculpas por la tormenta
mediática que ha suscitado la foto de de Vries a través de redes sociales.
También aprovecharon para eludir responsabilidades sobre de la decisión de hacer
que las azafatas fueran de esa manera en la entrega de premios. Pero eludir
responsabilidades, desmarcarse no es lo mismo que indignarse o sentirse
humillado. Poner distancia entre quien decidió hacer que unas mujeres lucieran
con ropa de baño en vez de con un modelo adecuado para una entrega de premios,
no significa que se condenen este acto de vejación contra el género femenino.
Incluso una nefasta disculpa real al más puro estilo Juancarlista (“lo siento, me he equivocado, no volverá a
ocurrir”) hubiera sido mejor que este despropósito de lavarse las manos al
más puro estilo de Poncio Pilatos por parte de los organizadores.
Y es que aunque ya han
pasado numerosos siglos sobre aquel periodo de tiempo, está claro que muchos ven
a la mujer como un objeto bonito que exhibir sin más ni más. Se lucha, día tras
día, por esa igualdad que sigue siendo un sueño. Sin embargo actos como estos,
son los que nos demuestran, por desgracia a diario, que pese a vivir en un
mundo moderno, los cabestro, que sólo llegan al clímax de su virilidad cuando
humillan, pues poco queda ya de vida en sus achacosos cuerpos para levantar
algo muerto, siguen existiendo.
Siglo XXI en número de
referencia. Pero la verdad que más duele, es que la mentalidad masculina de
algunos, siga pensando que las mujeres no deberíamos ni tener voz, ni libertad,
ni derechos.
¡Bravo señores! Una vez más
han conseguido demostrar lo poco que vale una mujer ante sus ojos.
MORALEJA: Confucio
dijo: “El que sabe mantener
un porte digno aun cuando se halla entre sus amigos, conseguirá que sus más
íntimos amigos sientan un gran respeto hacia él”.
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