Megalómano: Dícese de la persona que sufre un trastorno
mental que le lleva a creerse más importante de lo que es. También se aplica a
la persona que tiene un excesivo deseo de grandeza.
¿A qué se referiría Esperanza Aguirre cuando ha llamado a
la sede del Ayuntamiento de Madrid megalómana? ¿Casa de trastornados mentales?
¿O lugar donde hay excesivo deseo de grandeza?
Quisiera lo que quisiera decir la de Aguirre, está claro
que es sumamente gratificante cuando cada cual empieza a hacer campaña ahora
para un lado, ahora para otro, incluso dentro del propio partido. Como si el
juego de la cuerda se tratara, cada uno coge un cabo sin darse cuenta que están
estirando y estirando con tanta fuerza pero siempre en su propia contra.
Cuando ya se retan entre ellos, como diciendo… “Yo soy
mejor que tú” es que demuestran de que pasta están hechos. Es más, se suele
decir que cuando uno critica de forma tan directa es porque se ve reflejado así
mismo en aquello que no le gusta y sin ser consciente de que su propio reflejo
es igual, utiliza toda su buena dialéctica para reprender mientras sin darse
cuenta que su propio dedo acusador, está directamente enfocado en su contra.
¡Así es la política! Bueno, la política en España,
obviamente. En resto del mundo, donde lo de ser político no es sinónimo de
ladrón, misógino, retrogrado, etc. podemos ver algo que jamás sería impensable
de vislumbrar en nuestra propia tierra.
Además, es tan fácil jugar y pasarse todo el día
reprochando cuando tu día a día poco va a cambiar. Cuando llegues a casa todo
será igual. Sin embargo, si su pescuezo verdaderamente dependiera de lo que
dijeran, yo creo que tratarían de ser más coherente con sus “promesas
electorales”.
¿Que van a bajar los impuestos? Eso ya lo dijo Mariano en
las últimas elecciones y luego donde dije digo, digo diego. Que empezaron a
subir los impuestos que por poco traspasan el límite del límite del límite de
nuestros más que agujereados bolsillos.
Así, que señores, sean conscientes que las promesas
electorales tienen un valor nulo completamente. Son gritos, emblemas como si de
pancartas de un concierto se tratara, para que la gente se maraville desde el
escenario. Pero cuando el cargo ha sido otorgado y embestido con todos los
honores, el valor del votante deja de importarles hasta la próxima legislatura.
¿A quién debo elegir pues? Si fuera tan fácil, hasta los
niños de teta tendrían derecho al voto. Pero para ejercerlo hay que ser mayor
de edad así que por el mero echo de ser responsable de sus propios actos, sea
responsable también de sus errores e intente que el mal, obviamente, sea un mal
lo más menor posible.
MORALEJA: El gran Groucho Marx dijo: “La política es el
arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados”.
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