Hay veces que se cuestionan las palabras de una persona.
¡No es nada malo cuestionar al prójimo! Es mas, incluso puede ser que ese punto
o puntos de vista diferentes, hagan que la propia persona evolucione y aprenda,
o faciliten que los que no desean ver lo obvio, abran los ojos.
Otras veces se trata de desprestigiar al prójimo, sin más
ni más. ¿Por qué? Porque la estupidez humana es infinita. ¡Así de simple!
Pero no sólo en el afán del desprestigio se basa la
infinita estupidez, sino en hacernos creer que todo… fue casual.
¿A qué me refiero? Bueno, dejarme hacer un pequeño inciso.
El pasado viernes vi en la televisión un programa titulado Crímenes
Imperfectos. Hablaban de Dorothy, una mujer con depresión que había aparecido
muerta en su casa, en su cama, con un tiro en la sien, con un arma en una mano
del calibre 22’.
Junto al cuerpo de Dorothy, se encontraron tres cartas de despedida: dos para
su esposo y una para su hermana. Dorothy, en aquel momento, estaba embarazada
de su tercer hijo de poco tiempo.
Su marido estaba en el club de oficiales, sus hijas estaban
dormidas en sus camas. Nadie había forzado la entrada. Todo hizo sospechar que
Dorothy, se había suicidado.
Un año después, su marido era detenido por el asesinato de
Dorothy. ¿Cómo puede ser que lo que parece un suicidio acabe demostrándose que
fue un asesinato? Los pequeños errores son los que hacen que la verdad, tarde o
temprano, salga a la luz.
El marido de Dorothy, cometió varios errores en el
asesinato en el posterior duelo tras la muerte de su mujer. Sin embargo, uno
que me llamó particularmente la atención fue que tras asesinarla, cerró con su
lengua los tres sobres de las cartas supuestamente de despedida de su mujer.
Tramar un complejo asesinato para hacer que parezca un
suicidio y luego meter la pata en lamer un simple sobre para cerrarlo, hizo que
Chris fuera investigado.
Fueron muchas las pruebas que se encontraron en contra de
Chris después del ADN de los sobres. A sus compañeros, por ejemplo, del club de
oficiales, les había dicho que iba a llamar a su mujer. Pero una de sus
compañeras, que también fue a llamar unos minutos después, no lo vio. Sin
embargo, el no apareció hasta veinte minutos mas tarde y sin la chaqueta que
llevaba cuando había dicho que iba a llamar. Dicha chaqueta, en las fotos de la
escena del crimen, apareció bien colgada en el mango de la puerta de la
habitación donde su mujer supuestamente se había suicidado. ¿Quién ve a su
esposa o esposo muerto en la cama y cuelga bien la chaqueta detrás de la
puerta?
Todos cometemos errores. ¡No somos perfectos! Es por este
motivo que las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son.
Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra dice un versículo de la Biblia.
No sabemos cuanto pasará hasta que el supuesto suicidio de
Alberto Nisman sea completamente esclarecido. Lo que hay que tener claro, y eso
es vital para desenmascarar la mentira y dar luz a la verdad, es que todos,
todos, todos, cometemos errores. Parecen cosas simples, insignificantes, casi
imperceptibles. Ahora bien, en el día a día, un lo siento o enmendar la acción
en cuestión si se puede, es francamente como el pan nuestro de cada día.
Sin embargo, cuando de muertes hablamos, es mucho más
difícil rectificar nuestros actos por muchas cuestiones. La primera y más vital
es el hecho de arrebatar una vida. Todo lo demás, son lo que demostraran a los
demás que nosotros fuimos los que dimos muerte a un inocente.
MORALEJA: Winona Ryder en el papel de
Susanna Kaysen en la película Inocencia
Interrumpida, decía: “Cuando no quieras sentir la muerte puede parecer un
sueño. Pero ver la muerte, verla de verdad, hace que soñar con ella parezca
ridículo. Quizás haya un momento, mientras creces cuando todo se revela. Quizás
buscamos secretos por no fiarnos de nuestra mente”.